Los gigantes automotrices General Motors (GM) y Ford Motor Company agradecieron al presidente Donald Trump por imponer aranceles a las camionetas pick-up fabricadas en México y Canadá, según reveló el propio mandatario a través de su red social, Truth Social.
“Mary Barra, de General Motors, y Bill Ford, de Ford Motor Company, me acaban de llamar para darme las gracias por imponer aranceles a las camionetas de tamaño medio y grande”, escribió Trump, asegurando que ambos ejecutivos le expresaron que, sin esas medidas, “sería una lucha muy dura y larga” para la industria automotriz estadounidense.
El presidente defendió su decisión calificándola como una cuestión de “seguridad nacional”, afirmando que los aranceles fortalecen la economía y el poder del país.
GM produce modelos como la Chevrolet Silverado y la GMC Sierra en plantas de Silao (Guanajuato), Oshawa (Canadá), Indiana y Michigan; mientras que Ford ensambla sus pick-ups en Hermosillo (Sonora), además de sus plantas en Michigan, Missouri y Kentucky.
Sin embargo, las políticas comerciales del mandatario ya han tenido impacto financiero. En su reporte del tercer trimestre, GM informó una caída del 56.6% en sus beneficios netos, que se ubicaron en 1,327 millones de dólares, debido a los aranceles y a la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos (VE).
La automotriz también reconoció pérdidas por 1,600 millones de dólares tras fuertes inversiones en el sector eléctrico. Aun así, su director financiero, Paul Jacobson, consideró que las medidas de Trump devolvieron la demanda de VE a un nivel “más natural”, alejado del “entorno artificial” creado por los subsidios gubernamentales.
Mientras la Casa Blanca celebra el respaldo de las automotrices, analistas advierten que los aranceles podrían elevar los costos de producción y encarecer los vehículos en el mercado norteamericano.
