Durante los primeros seis meses de este año en Estados Unidos, se ha registrado un sombrío hito nacional en cuanto a asesinatos a manos de desconocidos o por parte de seres queridos. Estas tragedias han tenido lugar tanto en pequeños pueblos como en grandes ciudades, dentro de hogares y en lugares públicos a plena luz del día. El incesante derramamiento de sangre ha resultado en el mayor número de asesinatos a mansalva en al menos 17 años.
Desde el 1 de enero hasta el 30 de junio, el país ha experimentado 28 matanzas, todas ellas con el uso de armas de fuego, excepto una. El número de víctimas mortales ha aumentado prácticamente cada semana.
Para fines estadísticos, se define un asesinato múltiple como un incidente en el que cuatro o más personas son asesinadas, excluyendo al agresor, en un lapso de 24 horas. Desde 2006, una base de datos gestionada por The Associated Press, USA Today y la Universidad Northeastern ha estado monitoreando esta violencia a gran escala.
El hito de este año ha superado el récord previo de 27 asesinatos múltiples, registrado apenas en la segunda mitad del año 2022. El profesor de Criminología de la Universidad Northeastern, James Alan Fox, nunca anticipó registros como estos cuando comenzó a supervisar la base de datos hace aproximadamente cinco años.
“Acostumbrábamos a decir que había de dos a tres decenas al año”, recuerda Fox. “El hecho de que haya 28 en medio año es una estadística asombrosa”.
No obstante, el caos de los primeros seis meses no implica automáticamente que los últimos seis meses de 2023 serán peores. El resto del año podría ser más tranquilo, a pesar de que el fin de semana largo por el Día de la Independencia, el 4 de julio, fue más violento en comparación con otros.
“Esperemos que sólo haya sido un bache”, opina la doctora Amy Barnhorst, psiquiatra y directora asociada del Programa de Investigación para la Prevención de la Violencia en la Universidad de California en Davis.
Expertos como Barnhorst y Fox atribuyen el aumento del derramamiento de sangre a una población en crecimiento y a la disponibilidad de un mayor número de armas. Sin embargo, a pesar de los titulares impactantes, los asesinatos a mansalva siguen siendo estadísticamente raros y representan solo una fracción de la violencia armada general en Estados Unidos.