Estados Unidos

Un padre que falleció salvando a su familia; niñas en un campamento de verano y una abuela: los rostros de la tragedia en Texas

KERRVILLE, Texas, 7 de julio de 2025 – Las devastadoras inundaciones que azotaron el centro de Texas durante el fin de semana del 4 de julio han dejado un saldo de al menos 82 personas fallecidas, incluidos 28 menores, según reportes de las autoridades locales. El condado de Kerr fue el más afectado, con 68 víctimas, seguido por Travis (6), Burnet (3), Kendall (2), Williamson (2) y Tom Green (1). Los equipos de emergencia continúan las labores de búsqueda y rescate, mientras el número de víctimas podría aumentar.

La tragedia comenzó en la madrugada del viernes, cuando una tormenta descargó en pocas horas la lluvia equivalente a cuatro meses, haciendo que el río Guadalupe creciera más de 6 metros. Casas, vehículos y cabañas fueron arrastrados por la corriente, dejando a comunidades enteras devastadas. Entre las historias más desgarradoras está la de Julian Ryan, un joven de 27 años del condado de Kerr, quien sacrificó su vida para salvar a su prometida, sus dos hijos pequeños y su madre al romper una ventana de su casa rodante inundada. El vidrio le cortó una arteria, y murió en los brazos de su madre, según relató su hermana, Connie Salas, a CNN. “Se despidió como un héroe”, dijo Salas.

El Campamento Mystic, un campamento cristiano de niñas cerca del río Guadalupe, fue devastado. Al menos 27 niñas siguen desaparecidas, y las familias de Renee Smajstrla (8 años), Janie Hunt (9 años), Sarah Marsh y Lila Bonner confirmaron sus fallecimientos. El gobernador Greg Abbott describió el campamento como “horriblemente devastado”, con cabañas destruidas y colchones esparcidos por el lodo.

Otras víctimas incluyen a las hermanas Blair y Brooke Harber, de 13 y 11 años, quienes murieron junto a sus abuelos en el condado de Kerr; Jane Ragsdale, directora del campamento Heart O’ the Hills, recordada como una figura inspiradora; Reece y Paula Zunker, un entrenador de fútbol de la escuela secundaria Tivy y su esposa, cuyos dos hijos siguen desaparecidos; y la Dra. Katheryn Eads, una psicóloga y abuela dedicada a ayudar a niños.

La falta de alertas oportunas agravó la tragedia. Una alerta de inundación repentina se emitió a las 4:03 a.m., pero la oscuridad y la rapidez del desastre limitaron la respuesta. “No tuvimos tiempo de ponernos a salvo”, lamentó Salas. Las autoridades instan a los residentes a evitar áreas inundadas y seguir las actualizaciones oficiales mientras las labores de recuperación continúan en medio de una comunidad que llora a sus seres queridos y busca respuestas ante esta catástrofe sin precedentes.

Imágen cortesía: Austin Latino

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