24 de octubre de 2025
Washington, D.C.
La agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) vive un “desastre” interno al intentar incorporar a miles de nuevos agentes para cumplir la agenda de deportaciones del presidente Donald Trump, impulsada por Stephen Miller. Fuentes de la administración revelan que el proceso acelerado ha generado recortes de gastos, instrucciones confusas, verificaciones de antecedentes mínimas y hasta la contratación fallida de un informante de la DEA, quien fue descartado tras ser reportado por esa agencia.
Con un presupuesto proyectado de casi 75.000 millones de dólares hasta 2029, ICE busca sumar 10.000 agentes para enero, ofreciendo bonificaciones de hasta 50.000 dólares por firmar contrato —incluso a quienes no aprueban la academia y terminan en puestos administrativos—. La campaña recluta a policías locales, veteranos y exagentes jubilados mediante correos, redes sociales con imágenes de “caballeros medievales” y apariciones de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.
Sin embargo, el apuro ha provocado fallos graves: entrevistas eliminadas, juramentos virtuales, autorizaciones provisionales y más de 200 despidos en la academia de Brunswick, Georgia, por no cumplir estándares físicos (32 abdominales, 15 flexiones y 2,4 km en menos de 14:25 minutos) o académicos. Algunos reclutas llegan con cargos pendientes, como posesión de armas, y son enviados de vuelta. La capacitación se redujo a 47 días, y FEMA asignó personal para manejar las 175.000 solicitudes.
Un exfuncionario de ICE advirtió: “El Departamento de Recursos Humanos no está capacitado para contratar masivamente… Nadie cuenta con personal de apoyo”. Otro, Scott Shuchart (exjefe de Políticas en la era Biden), calificó la tarea como “casi imposible” por la velocidad. Instructores jubilados como Robert Burnett critican aceptar candidatos que fallan en físico o armas: “¿Por qué querría una agencia a alguien que no cumple estándares básicos?”.
Históricamente, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) enfrentó corrupción e infiltrados al contratar 10.000 agentes entre 2006 y 2011, según un informe de la GAO de 2012. Expertos como Sarah Pierce, de Third Way, advierten que el enfoque actual —con publicidad estilo videojuego— repetirá esos riesgos.
Una portavoz del DHS defendió el proceso: “Más del 85% de los nuevos agentes son policías experimentados que ya completaron academias. Estamos expulsando asesinos, violadores, pandilleros, pedófilos y terroristas”. La Casa Blanca no respondió consultas.
Imágen cortesía: Reuters
