El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este lunes una dura exigencia a los controladores aéreos del país: regresar al trabajo “de inmediato”, mientras el cierre parcial del Gobierno federal continúa afectando gravemente al transporte aéreo nacional.
“¡Todos los controladores aéreos deben regresar al trabajo, AHORA MISMO! Quien no lo haga sufrirá una importante reducción de sueldo”, escribió Trump en sus redes sociales. El mandatario aseguró además que recompensará a quienes no se ausentaron durante los 41 días de cierre, aunque no precisó cuántos serían elegibles.
La crisis de personal en los aeropuertos ha alcanzado niveles críticos. Según la Administración Federal de Aviación (FAA), entre el 20% y el 40% de los controladores se han ausentado diariamente en los 30 aeropuertos más grandes del país, lo que ha provocado retrasos y cancelaciones masivas.
El domingo fue calificado como el peor día desde el inicio del cierre, con casi 3 mil vuelos cancelados y más de 10 mil retrasados, de acuerdo con datos del portal FlightAware. Este lunes, la situación no mejoró: más de 1,600 vuelos fueron cancelados y otros 3,300 registraron demoras.
A la crisis laboral se suman las complicaciones meteorológicas. Una tormenta invernal en Chicago agravó los problemas de tráfico aéreo, lo que llevó a la FAA a suspender temporalmente operaciones en 12 aeropuertos, incluidos Chicago O’Hare y Reagan Washington National.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que los recortes de vuelos aumentarán progresivamente —del 4% al 10% en los próximos días— hasta que se garantice la seguridad del control aéreo. Mientras tanto, el Senado aprobó un proyecto de ley para poner fin al cierre, aunque aún no está claro cuándo se normalizarán las operaciones aéreas.
El prolongado cierre del Gobierno, iniciado el 1 de octubre, se ha convertido en uno de los más largos en la historia de Estados Unidos, dejando sin sueldo a miles de empleados federales y sumiendo al sistema aéreo en una de sus peores crisis de los últimos años.
