Washington – 21 de noviembre de 2025
El Departamento del Interior publicó este jueves un plan quinquenal de arrendamientos petroleros que, por primera vez en décadas, abriría a la exploración y perforación grandes extensiones de aguas federales frente a toda la costa de California y una zona del golfo oriental ubicada aproximadamente a 100 millas náuticas de Florida.
De concretarse, sería la mayor expansión de perforación costa afuera en Estados Unidos desde hace más de medio siglo. En California no se realizan nuevas perforaciones marinas desde el catastrófico derrame de Santa Bárbara de 1969, que liberó más de tres millones de galones de crudo y marcó un antes y un después en la conciencia ambiental del país.
El plan contempla subastas de arrendamiento en el centro y sur de California a partir de 2027, y en el norte del estado y el golfo oriental de Florida desde 2029. También incluye nuevas ventas en casi toda la costa de Alaska hacia finales de la década y principios de los 2030, además de mantener la actividad en el oeste y centro del Golfo de México.
La propuesta forma parte de la promesa de campaña del presidente Donald Trump de “perforar, perforar, perforar” y maximizar la producción nacional de combustibles fósiles.
Reacción inmediata de rechazo en California
Líderes demócratas de California anunciaron que combatirían la medida con todos los recursos disponibles, incluyendo acciones judiciales.
“Una y otra vez, el presidente Trump ha demostrado que su prioridad es que sus amigos del petróleo ganen dinero a costa de nuestro medio ambiente y nuestra salud pública”, declaró Christine Lee, portavoz del fiscal general Rob Bonta. “No lo vamos a permitir y ya estamos evaluando todas las opciones legales”.
El senador Alex Padilla y el representante Jared Huffman emitieron un comunicado conjunto: “Este plan apunta directamente a California y a toda la costa oeste porque creen que vamos a ceder. Están equivocados. Vamos a luchar con todo lo que tenemos”.
Florida: garantías y cautela republicana
En Florida, la inclusión del golfo oriental genera interrogantes. Durante el primer mandato de Trump, la propia administración extendió la moratoria en esa zona ante la fuerte oposición bipartidista del estado, marcada por el recuerdo del derrame de Deepwater Horizon de 2010.
El senador republicano Rick Scott afirmó haber recibido garantías del secretario del Interior, Doug Burgum, de que ninguna actividad pondría en riesgo la economía, el medio ambiente ni las operaciones militares de Florida. Fuentes cercanas a la delegación estatal indicaron que el borrador actual respetaría esos compromisos, aunque el análisis de detalles continuaba este jueves por la tarde.
El gobernador Ron DeSantis, que en el pasado se opuso abiertamente a la perforación costa afuera, aún no ha emitido comentario oficial sobre el nuevo plan.
Industria petrolera celebra, ambientalistas alertan
Erik Milito, presidente de la Asociación Nacional de Industrias Oceánicas, calificó la inclusión del golfo oriental como “un enfoque con visión de futuro”.
Por el contrario, organizaciones ambientalistas reaccionaron con alarma. “Este plan preliminar es una pesadilla de derrames petroleros”, señaló Joseph Gordon, director de la campaña oceánica de Ocean Conservancy. “Lo último que necesita Estados Unidos es una expansión masiva de perforación costa afuera que pueda paralizar nuestras costas con catástrofes ambientales”.
Contexto económico poco favorable
Expertos consultados coinciden en que, pese al impulso político, el momento económico no es el más propicio para la industria. Los aranceles impuestos por la administración Trump y precios del crudo que rondan los 60 dólares el barril han llevado a las empresas a recortar inversiones y priorizar la rentabilidad de yacimientos existentes.
“La industria no tiene mucho movimiento en este momento”, explicó Tom Seng, profesor de finanzas energéticas de la Universidad Cristiana de Texas. “Habrá compañías que quieran asegurar arrendamientos pensando en el largo plazo, pero nadie va a apresurarse a perforar mientras los precios sigan deprimidos”.
El plan ahora entra en un período de consulta pública antes de su versión definitiva, proceso en el que se espera una fuerte oposición de gobiernos estatales, comunidades costeras y organizaciones ambientales.
Imágen cortesía: CNN
