En una señal de fuerza militar en medio de crecientes tensiones con Venezuela, bombarderos estadounidenses B-52H realizaron esta semana maniobras de ataque en el Caribe, confirmó la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Las operaciones formaron parte de la denominada Operación Lanza del Sur, una estrategia activa desde el 14 de noviembre destinada a reforzar la seguridad hemisférica y combatir el narcotráfico en la región.
Según la división sur de la Fuerza Aérea, los bombarderos —capaces de transportar armamento nuclear o convencional y operar a más de 15 mil metros de altura— llevaron a cabo entrenamientos coordinados con aviones de combate y ejercicios de movilidad rápida. Aunque Washington no detalló la ubicación exacta de las maniobras, plataformas de rastreo de vuelos registraron actividad aérea militar entre la costa venezolana y la isla de Curazao.
El despliegue ocurre en un contexto de creciente presencia militar estadounidense en el Caribe. A la zona fue enviado el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande de EE.UU., mientras el gobierno de Donald Trump intensifica acciones contra el llamado Cartel de los Soles, al que señala de vínculos con el presidente venezolano Nicolás Maduro.
La tensión también impacta la aviación comercial. Durante el fin de semana, la Administración Federal de Aviación emitió una alerta por aumento de actividad militar en el espacio aéreo venezolano, lo que derivó en cancelaciones masivas de vuelos de aerolíneas internacionales.
En paralelo, fuerzas estadounidenses han destruido más de 20 embarcaciones que, según sus reportes, estaban asociadas al narcotráfico, dejando más de 80 personas muertas.
Pese al ambiente adverso, Trump declaró que estaría dispuesto a hablar con Maduro para “salvar vidas”, una oferta que autoridades venezolanas calificaron como un gesto positivo.
