La Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, en manos de los demócratas, difundió este miércoles fotografías y videos nunca antes vistos de Little St. James, la isla caribeña que perteneció a Jeffrey Epstein y que fue escenario central de décadas de abuso sexual contra niñas y mujeres. El material, obtenido en las Islas Vírgenes de Estados Unidos, ofrece una mirada más cercana al entorno donde operó la red del difunto empresario.
Las imágenes muestran dormitorios, baños y una habitación con un inquietante sillón de dentista rodeado de mascarillas colgadas en la pared. También aparece un teléfono con botones de marcación rápida etiquetados con nombres masculinos como “Darren”, “Rich”, “Mike”, “Patrick” y “Larry”, cuyas identidades no fueron detalladas. Parte de la información fue tachada deliberadamente para proteger a posibles víctimas, según explicó un asesor del comité.
Los videos revelan además la opulencia de la propiedad: una residencia con apariencia de resort de lujo, piscina, exuberante vegetación y senderos con vista al océano. Una fotografía destaca una sala tipo estudio con una pizarra donde se observan palabras como “poder”, “engaño”, “complots” y “político”.
https://twitter.com/OversightDems/status/1996254530447569384/photo/4
La publicación del material coincide con la reciente promulgación de una ley firmada por el presidente Donald Trump, que obliga al Departamento de Justicia a revelar los documentos vinculados a Epstein que mantiene en su poder. La divulgación de estos archivos, largamente esperada, podría producirse en los próximos días.
“El objetivo es garantizar transparencia y contribuir a reconstruir el panorama completo de los crímenes de Epstein”, señaló el congresista Robert García, demócrata de mayor rango en la Comisión de Supervisión.
Epstein era propietario de Little St. James y de Great St. James, islas que visitaba con frecuencia y donde recibía a figuras influyentes y acaudaladas. Ese aislamiento le permitió sostener por años su red de explotación sexual lejos del escrutinio público, convirtiendo el archipiélago en un punto crucial para las investigaciones que aún buscan dimensionar el alcance total de sus delitos.
