Ni las lluvias torrenciales ni el agua hasta las rodillas impidieron que Jade Rick Verdillo y Jamaica Aguilar se dieran el “sí, acepto” en una ceremonia que ha conmovido al mundo. La histórica Iglesia de Barasoain, ubicada en la provincia de Bulacán, fue testigo de una boda tan inusual como inspiradora: celebrada en medio de una inundación provocada por el tifón Wipha.
Vestida de blanco, con la cola de su vestido flotando sobre el agua, Jamaica avanzó por el pasillo hacia el altar donde la esperaba Jade, luciendo el tradicional Barong Tagalog. A su alrededor, familiares e invitados —algunos descalzos— se abrían paso entre el agua, decididos a compartir ese momento pese a las difíciles condiciones climáticas.
“Fue un sacrificio, pero si no perseverábamos hoy, vendrían otros más difíciles”, expresó el novio, reconociendo que la decisión de seguir adelante fue un acto de valentía y compromiso. Su esposa coincidió: “Los desafíos no han terminado, esto es solo una prueba más”.
El evento, que se viralizó rápidamente en redes sociales, ha sido descrito como un símbolo del amor resiliente. “El amor prevaleció —dijo Jiggo Santos, uno de los asistentes— porque, incluso con el clima, la tormenta y las inundaciones, la boda continuó. Fue extraordinaria”.
La Iglesia de Barasoain, símbolo de la historia y la fe filipina, no es ajena a bodas bajo el agua. En julio de 2023, otra pareja también se casó allí durante una inundación. Sin embargo, la escena de esta semana ha adquirido un nuevo significado en medio de la emergencia climática que vive el país.
El tifón Wipha, que trajo lluvias monzónicas intensificadas, ha desplazado a más de 80 mil personas en distintas regiones del país. En ese contexto, la boda de Verdillo y Aguilar se convirtió en un acto de resistencia, esperanza y amor sin condiciones.
