Washington, 21 de abril de 2025 – Los nuevos aranceles impuestos por el presidente Donald Trump a importaciones provenientes de China, que alcanzan hasta un 145%, están elevando significativamente los costos de productos esenciales para bebés en Estados Unidos, como carriolas, autoasientos, cunas y biberones, la mayoría fabricados en Asia. Esta situación ha generado preocupación entre padres, minoristas y fabricantes, quienes temen que los precios se vuelvan prohibitivos para muchas familias.
Según la Asociación de Fabricantes de Productos Infantiles, aproximadamente el 90% de los artículos básicos para el cuidado de bebés, o sus componentes, se producen en Asia, con China como principal proveedor. “La fabricación en el extranjero ha sido la norma en nuestra industria durante décadas”, afirmó Lisa Trofe, directora ejecutiva de la asociación. Criar a un niño en EU ya tiene un costo promedio de 20,384 dólares en el primer año, según Baby Center, y los aranceles podrían multiplicar esta cifra.
El impacto ya se siente. Sam Rutledge, un profesor de física que espera un bebé en julio, adelantó la compra de dos carriolas, un autoasiento, una cuna, una mecedora y una silla alta, todos fabricados en el extranjero, ante el temor de que los precios se disparen. “Son productos caros en condiciones normales, pero decidimos comprarlos antes de que se volvieran inalcanzables”, expresó.
Empresas como Munchkin Inc., que fabrica el 60% de sus 500 productos en China, han detenido pedidos y congelado contrataciones en su sede de California, donde emplean a 320 personas. Steven Dunn, CEO de la compañía, señaló que no pueden trasladar los aranceles a los clientes mediante aumentos de precios y prevé desabasto de algunos productos en tres meses. Dunn intentó reducir su dependencia de China, trasladando parte de la producción a Vietnam y México, pero encontró que EU carece de la infraestructura, mano de obra calificada y experiencia para fabricar productos complejos como el Flow Nipple Shield.
Nurture&, fabricante de mecedoras y muebles para bebés, ha reducido temporalmente los precios de algunos artículos, pero advirtió que no podrá absorber los costos arancelarios después del 30 de abril. “Queremos que las familias tomen decisiones acordes a su presupuesto en esta etapa sensible”, dijo Jill Gruys, directora de comercio de la empresa.
Minoristas también enfrentan desafíos. Elizabeth Mahon, dueña de Three Littles en Washington, teme que los precios altos desincentiven el uso de autoasientos, esenciales para la seguridad infantil. “Si no tienen acceso a estos productos, los niños sufrirán lesiones graves”, advirtió. Mahon acumuló inventario antes de los aranceles, pero muchos pequeños negocios enfrentan “una sentencia de muerte” por los costos adicionales. En Michigan, Molly Ging, propietaria de The Little Seedling, reporta un auge temporal de ventas por compras anticipadas, pero teme no poder mantener el inventario para satisfacer la demanda futura.
La Asociación de Fabricantes de Productos Infantiles solicitó al gobierno de Trump eximir de aranceles a los productos para bebés, como ocurrió con autoasientos y sillas altas durante su primer mandato, argumentando su importancia para el bienestar infantil. Sin embargo, la Casa Blanca no ha aclarado si considerará estas exenciones.
Los aranceles, parte de una guerra comercial intensificada con China, están transformando el mercado de productos infantiles, afectando a familias y negocios en un contexto donde “los bebés no dejan de nacer”, como subrayó Ging.
Imágen cortesía: El Economista