La tragedia en Texas no ha terminado. Este martes, el gobernador Greg Abbott confirmó que al menos 161 personas continúan desaparecidas tras las inundaciones repentinas que azotaron el estado durante el fin de semana del 4 de julio, dejando más de 109 muertos.
Durante una conferencia de prensa, tras sobrevolar en helicóptero las zonas más afectadas, Abbott detalló que la mayoría de los desaparecidos se encontraban en la región de Hill Country, muchos de ellos sin registro oficial en alojamientos o campamentos, lo que ha complicado su localización.
“No nos detendremos hasta recuperar cada cuerpo”, aseguró el gobernador, quien informó que 87 de las víctimas fueron localizadas en el condado de Kerr y las demás en Travis, Kendall, Burnet, Williamson y Tom Green.
El presidente Donald Trump anunció que viajará este viernes a Texas para evaluar los daños, mientras que el Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., se comprometió a declarar una emergencia de salud pública para acelerar la atención a los damnificados.
Las autoridades federales, estatales y locales mantienen activas las labores de rescate y asistencia, mientras las comunidades intentan recuperarse de una de las tragedias más mortales en la historia reciente del estado.