El gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, anunció el fallecimiento de los 74 ocupantes del avión de transporte militar ruso Il-76, que se estrelló en la región fronteriza con Ucrania. Entre las víctimas, se encontraban 65 prisioneros de guerra ucranianos, que iban a ser intercambiados por soldados rusos capturados por el Ejército ucraniano. El siniestro ocurrió aproximadamente a las 11:00 h, a unos 50 kilómetros de la frontera ucraniana.
El gobernador informó a través de su cuenta de Telegram que todos los ocupantes del avión perdieron la vida. El Ministerio de Defensa de Rusia detalló que, además de los prisioneros, la aeronave transportaba a tres militares escoltas y seis tripulantes.
A pesar de que las causas del accidente aún no han sido confirmadas por el Ministerio de Defensa, el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, acusó a Ucrania de derribar el avión. En sus declaraciones, Volodin denunció el ataque como un acto contra sus propios soldados que realizaban una misión humanitaria. Asimismo, sugirió la posibilidad de indagar sobre el tipo de misiles utilizados, ya fueran estadounidenses o alemanes, y propuso dirigir un llamamiento al Congreso de Estados Unidos y al Parlamento alemán para revisar su apoyo a Ucrania, a la que calificó como un “régimen nazi”.
