La cantante y actriz Belinda presentó una demanda formal contra el músico Lupillo Rivera ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, acusándolo de violencia digital y mediática, según informó su equipo legal el pasado 2 de octubre.
De acuerdo con la firma que representa a la intérprete, la denuncia se basa en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y ya derivó en medidas de protección que prohíben al cantante acercarse o referirse públicamente a la artista.
El conflicto surgió tras la publicación del libro autobiográfico de Rivera, editado el 16 de septiembre por Penguin Random House, en el que el músico —hermano de la fallecida “Diva de la Banda”, Jenni Rivera— asegura haber mantenido una relación con Belinda y revela detalles personales de la supuesta pareja.
El asunto escaló luego de que, en una reciente entrevista televisiva, Rivera insistiera en hablar del tema y mencionara haber perdido un teléfono con material “muy fuerte” de la cantante, lo que desató críticas y preocupación por posibles violaciones a la intimidad y a la imagen de la artista.
“Ser figura pública no legitima la utilización de su imagen ni la revelación de su vida íntima sin consentimiento expreso”, señaló el despacho legal de Belinda, subrayando que tales actos constituyen violencia de género y una violación a los derechos humanos.
La denuncia ha reavivado el debate sobre la violencia digital contra las mujeres en México, un fenómeno que ha sido denunciado por activistas como Olimpia Coral Melo, impulsora de la llamada Ley Olimpia, quien expresó su respaldo a la cantante:
“La violencia digital es real y no es tu culpa”, escribió en redes sociales.
Tanto la ONU Mujeres como la Secretaría de las Mujeres capitalina han advertido en los últimos días sobre el creciente riesgo de acoso y exposición no consentida que enfrentan las mujeres en espacios digitales.
“Las violencias que vivimos en la calle no deben trasladarse al espacio digital”, advirtió Citlalli Hernández Mora, titular de la dependencia, al instar a las plataformas y autoridades a imponer sanciones más severas.
La demanda de Belinda no solo abre un nuevo capítulo en su historia con Lupillo Rivera, sino que también pone sobre la mesa la urgencia de proteger la privacidad y dignidad de las mujeres, incluso en el ámbito del espectáculo.
