24 de octubre de 2025
Washington, D.C.
El Ala Este de la Casa Blanca ha sido completamente demolida, y los equipos de construcción avanzan ahora en la remoción de escombros, confirmó este jueves un funcionario de la administración a medios nacionales. La estructura, que incluía la terraza este y el cine presidencial, fue derribada para dar paso al salón de baile impulsado por el presidente Donald Trump, un proyecto que inicialmente se estimó en 200 millones de dólares y ahora asciende a 300 millones, financiados íntegramente por donantes privados, incluido el propio Trump.
El mandatario justificó la decisión tras recibir recomendaciones de “algunos de los mejores arquitectos del mundo”, quienes concluyeron que era necesario “empezar de cero” para garantizar una estructura “moderna, bella y estable por muchos años”. Aunque en julio había asegurado que el salón de baile “no interferiría con el edificio actual”, el miércoles reconoció que “para hacerlo correctamente tuvimos que derribar la estructura”.
La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, defendió los cambios durante su rueda de prensa semanal: “Con todo proyecto de construcción ocurren cambios”. Al ser cuestionada sobre la falta de comunicación previa respecto a la demolición total, respondió que “los planes cambiaron cuando el presidente escuchó el consejo de los arquitectos y las constructoras”. Sobre el aumento de costos, añadió que “a medida que se evalúa cómo va a quedar el proyecto, seguiremos informando de todas esas modificaciones”.
Funcionarios confirmaron que todos los elementos históricos del Ala Este —incluyendo componentes de la oficina original de la primera dama Rosalynn Carter— han sido preservados y almacenados bajo supervisión de la Residencia Ejecutiva, el Servicio de Parques Nacionales y la Asociación Histórica de la Casa Blanca, con planes para su reutilización futura. El cine presidencial también será reconstruido en una nueva ubicación.
Las obras, que comenzaron esta semana, se espera que completen la fase de demolición en los próximos días. El salón de baile formará parte de una renovación ambiciosa del complejo presidencial, aunque aún no se ha detallado el cronograma de construcción ni el diseño final.
Imágen cortesía: Jacquelyn Martin
