Bogotá, 12 de agosto de 2025 – El ministro de Defensa de Colombia, Pedro Arnulfo Sánchez, anunció este lunes la muerte de José Manuel Sierra Sabogal, alias “Zarco Aldinever”, presunto integrante de la Segunda Marquetalia, un grupo disidente de las extintas FARC, señalado como uno de los responsables del atentado que causó la muerte del senador Miguel Uribe Turbay, del partido Centro Democrático, ocurrida el mismo día.
En una conferencia de prensa, Sánchez informó que “Zarco Aldinever” fue asesinado en territorio venezolano, cerca de la frontera con Colombia, por miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según el ministro, el móvil del crimen estaría relacionado con una disputa por el control de rutas de narcotráfico entre carteles. “Las razones son las de todo cartel: la pelea por el narcotráfico. Al parecer, se robaron un cargamento de cocaína y se desató una pugna criminal”, afirmó Sánchez.
El ministro vinculó a la Segunda Marquetalia, una facción disidente que retomó las armas en 2019 tras denunciar el incumplimiento del acuerdo de paz de 2016 por parte del Estado colombiano, con el atentado contra Uribe Turbay, ocurrido el 7 de junio en Bogotá. “Una línea de investigación apunta a este grupo como autor del magnicidio”, señaló Sánchez, aunque aclaró que no se descartan otras hipótesis. El grupo disidente, según expertos, opera como un cartel criminal tras su ruptura con el acuerdo de paz.
Uribe Turbay, de 39 años, fue víctima de un ataque con arma de fuego durante un acto político en la capital colombiana. Tras semanas luchando por su vida en una clínica privada, falleció este lunes. Hasta el momento, seis personas han sido detenidas en relación con el caso.
Sánchez destacó que la Segunda Marquetalia representa una amenaza significativa no solo para los firmantes del acuerdo de paz, sino también para figuras políticas como Uribe Turbay. Sin embargo, en un comunicado del 10 de junio, citado por la agencia EFE, las disidencias negaron su participación en el atentado.
La muerte del senador, a un año de las elecciones de 2026, reaviva las alertas sobre la violencia política en Colombia, un país con un largo historial de crímenes de este tipo en América Latina.
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