San José, 18 de septiembre de 2025 – Costa Rica, reconocida históricamente por su paz y estabilidad como la “Suiza de Centroamérica”, enfrenta ahora una realidad marcada por el creciente narcotráfico, según un informe publicado este lunes por el Gobierno de Estados Unidos. El país de 5 millones de habitantes aparece listado como una de las principales vías de tránsito o producción ilícita de drogas para el año fiscal 2026, compartiendo categoría con naciones como Afganistán, Pakistán, Colombia, México, Venezuela, Birmania, China y el resto de Centroamérica.
El memorándum dirigido al secretario de Estado, Marco Rubio, por el presidente Donald Trump, forma parte de la estrategia global de la Casa Blanca contra el narcotráfico y el crimen organizado. El documento enfatiza que “Estados Unidos trabajará con México y otros países para atacar cooperativamente estas amenazas a la seguridad nacional donde podamos, y a través de nuestras propias autoridades soberanas donde sea necesario”. Sin embargo, aclara que la inclusión en la lista no implica un fracaso en los esfuerzos antinarcóticos de un gobierno, sino que responde a “una combinación de factores geográficos, comerciales y económicos que permiten el movimiento de drogas a través del país, sin importar las medidas de control implementadas”.
Mantiene la certificación como socio confiable
A pesar de su inclusión, el ministro de Seguridad de Costa Rica, Mario Zamora, minimizó la novedad del listado y resaltó que el país conserva la certificación de Estados Unidos como colaborador confiable en la lucha antidrogas regional. “Costa Rica, al igual que el resto de naciones centroamericanas, comparte una realidad geográfica como ruta de paso entre los países productores y los consumidores”, explicó Zamora. Agregó que el país lleva más de 35 años en esta posición y que lo verdaderamente nuevo es el reconocimiento como socio confiable otorgado por la secretaria de Seguridad de EE.UU., Kristi Noem, durante su visita en junio pasado.
El informe de Trump también critica a otros países regionales como Bolivia, Colombia y Venezuela por fallar en el cumplimiento de obligaciones internacionales contra el narcotráfico. En el caso de Colombia, se revocó la certificación, aunque se mantendrá la financiación para esfuerzos antidrogas.
Del modelo de paz a la escalada de violencia
La imagen de Costa Rica como bastión de paz se consolidó en la segunda mitad del siglo XX con un Estado de bienestar, derechos sociales amplios, instituciones democráticas sólidas y liderazgo en conservación ambiental. Según el politólogo Sergio Araya, este estatus se afianzó con la abolición del ejército en 1948, tras una guerra civil, simbolizada por el antiguo Cuartel Bellavista, ahora Museo Nacional. “Costa Rica desde ese momento privilegia la solución de sus conflictos a partir del Estado de Derecho, la justicia y el diálogo”, señaló Araya.
Esta reputación contrastaba con la inestabilidad en vecinos como El Salvador y Honduras. No obstante, el panorama ha cambiado: Costa Rica enfrenta una escalada de narcotráfico y crimen organizado, mientras El Salvador, bajo un controvertido estado de excepción, ha revertido su violencia extrema en el corto plazo. Aun así, Costa Rica se mantiene como el país más pacífico de Centroamérica, en el puesto 54 mundial del Índice de Paz Global 2025 del Institute for Economics & Peace, aunque con un leve deterioro en su puntuación.
Otros indicadores reflejan desafíos: el Informe del Estado de la Nación 2024 indica que Costa Rica, antes una de las sociedades más equitativas de América Latina, ahora roza el umbral de alta desigualdad, con un coeficiente de Gini de 49,2 según el Banco Mundial, el más elevado entre los miembros de la OCDE.
Pobladores de San José perciben mayor notoriedad del problema
En las calles de San José, residentes consultados no se sorprendieron por el listado de EE.UU. Juan Carlos Chavarría, esperando un autobús, opinó que el narcotráfico es ahora “más notorio” y que parte de la droga permanece en el país. “Se ve demasiado, las autoridades no pueden estar en todos lados. Años atrás era silencioso, ahora no; los gobiernos tienen que unirse para contrarrestar esto”, comentó.
Graciela Orocú, por su parte, destacó el aumento de personas involucradas en el tráfico y ventas, visible en enfrentamientos entre bandas que dejan víctimas fatales. “Uno va por la calle, está en una parada de autobús y no sabe si la persona de al lado anda metido en eso y por matarlo a él lo matan a uno”, expresó, reflejando el temor generalizado.
De ruta de tránsito a disputas territoriales violentas
El temor se acentúa con reportes de balaceras entre grupos criminales que causan víctimas colaterales. Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), hasta el 16 de septiembre se registraron 25 casos, con 17 hombres y 8 mujeres afectados. Un incidente destacado ocurrió el 19 de julio en Tirrases de Curridabat, donde tres mujeres fueron baleadas a plena luz del día por motociclistas en una disputa por territorios de venta de drogas; dos fallecieron.
El director del OIJ, Randall Zúñiga, indicó que la mayor parte de la droga ingresa por vía marítima, principalmente en el Pacífico, donde costarricenses auxilian a las naves con combustible para su ruta norte o para almacenamiento local antes de la exportación. Una porción menor se queda como “moneda de cambio”. Zúñiga advirtió que la criminalidad está en ascenso y que los homicidios podrían cerrar el año entre 850 y 900, similar a los dos años previos. De enero al 16 de septiembre, se contabilizaron 614 homicidios, 404 por ajustes de cuentas y amenazas relacionados con bandas disputando territorios de drogas. En 2024, el total fue de 880, el segundo año más violento en la historia del país, solo superado por 2023.
Araya enfatiza que Costa Rica ha pasado de ser una mera ruta de tránsito a un actor activo en el crimen organizado, con vínculos transnacionales que importan prácticas violentas. El Informe del Estado de la Nación 2024 atribuye el aumento de homicidios y criminalidad a la intensificación de la lucha por mercados y la transnacionalización de grupos delictivos.
Ante esta escalada, Araya urge revisar el modelo de seguridad, mejorar la articulación institucional y fortalecer la cooperación regional con aliados como Estados Unidos y la Unión Europea para combatir el crimen organizado y preservar el legado de paz costarricense.
Imágen cortesía: Visit Costa Rica