Anchorage, Alaska – 14 de agosto de 2025. La Base Conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage, será el escenario este viernes de una cumbre de alto nivel entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, según confirmaron funcionarios de la Casa Blanca. La reunión, la primera entre ambos líderes en más de cuatro años, busca explorar posibles avances para poner fin a la guerra en Ucrania, aunque se perfila como una “sesión de escucha” sin una agenda detallada.
La elección de Alaska como sede se decidió tras descartar destinos europeos como Viena o Ginebra, debido a la orden de arresto contra Putin emitida por la Corte Penal Internacional en 2023. Otras opciones, como los Emiratos Árabes Unidos o Hungría, también fueron consideradas, pero Anchorage se impuso por cuestiones logísticas y de seguridad, pese a las limitaciones de infraestructura en la temporada alta de turismo. La Casa Blanca buscó evitar la imagen de recibir a Putin en una base militar, pero la base Elmendorf-Richardson fue la única opción viable.
La cumbre, que aún está en proceso de organización, ha generado expectativas y críticas. Trump ha descrito el encuentro como una oportunidad para evaluar personalmente a Putin, tras cinco conversaciones telefónicas este año. “Necesito verlo cara a cara, escucharlo y hacer una evaluación”, afirmó el secretario de Estado, Marco Rubio, en una entrevista radial. Sin embargo, la ausencia de negociaciones previas extensas y la falta de claridad sobre los temas a tratar han generado preocupación, especialmente en Europa.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, no estará presente en Alaska, lo que descarta un encuentro trilateral. Zelensky expresó dudas sobre las intenciones de Putin, acusándolo de no buscar la paz y de minimizar el impacto de las sanciones internacionales. Trump, por su parte, planea consultar a líderes europeos en una reunión virtual organizada por Alemania este miércoles y hablará con Zelensky tras la cumbre.
La reunión incluirá un segmento a solas entre Trump y Putin, acompañado únicamente por traductores, una práctica que ha generado controversia en el pasado debido a la opacidad de sus discusiones. Durante el primer mandato de Trump, reuniones similares en Hamburgo (2017) y Helsinki (2018) fueron objeto de escrutinio, especialmente tras la postura de Trump en Helsinki, cuando respaldó a Putin frente a las agencias de inteligencia estadounidenses sobre la interferencia rusa en elecciones.
La decisión de realizar la cumbre en suelo estadounidense ha sido vista como una victoria simbólica por algunos, pero otros, como el exasesor de seguridad nacional John Bolton, la consideran una ventaja para Putin. “El único lugar mejor para él sería Moscú”, afirmó Bolton. Mientras tanto, Putin ha estado en contacto con aliados como el líder norcoreano Kim Jong Un, buscando consolidar su posición antes del viernes.
A medida que los detalles logísticos se ultiman, la cumbre en Alaska se perfila como un momento clave en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, con implicaciones significativas para el conflicto en Ucrania y la dinámica geopolítica global.
Imágen cortesía: RT