Washington, DC – 22 de septiembre de 2025
Los demócratas del Congreso de Estados Unidos han elevado críticas contundentes contra la Administración Trump por colocar enormes pancartas con el rostro del presidente en tres edificios federales de Washington, describiéndolas como un uso propagandístico de fondos públicos que evoca prácticas autoritarias. El escándalo surgió tras un informe revelador del senador demócrata de California, Adam Schiff, que documenta el gasto de al menos US$ 50.000 en dinero de los contribuyentes para producir y exhibir estas imágenes. 0
El informe de Schiff, publicado a inicios de esta semana, alega que el Gobierno ha empleado recursos federales para fines de propaganda personalizada. Según el documento, el Departamento de Agricultura destinó US$ 16.400, el de Salud y Servicios Humanos US$ 33.726, y el de Trabajo aproximadamente US$ 6.000 para la creación de las pancartas, que ahora adornan fachadas de oficinas gubernamentales en la capital. 0 La oficina del senador Schiff, conocido por su tensa relación con la Casa Blanca, se abstuvo de emitir comentarios adicionales más allá del reporte.
El representante demócrata Hank Johnson, de Georgia, fue uno de los más vocales en la denuncia. “Cuando vi las pancartas colgando de los edificios de oficinas federales la semana pasada, me recordó al Partido Comunista en China y a las pancartas colgando de oficinas federales. Es simplemente inapropiado y un paso hacia el autoritarismo”, declaró Johnson. Agregó: “Es otra señal del avance hacia el autoritarismo en este país”, subrayando preocupaciones sobre el uso de símbolos presidenciales en espacios públicos para fines políticos. 0
La Casa Blanca respondió con vehemencia al informe, tildando a Schiff de “mentiroso serial” y defendiendo las pancartas como parte de campañas promocionales legítimas. Legisladores republicanos, por su parte, contraatacaron recordando prácticas similares durante la administración de Joe Biden, como la señalización financiada por el Gobierno que atribuía créditos al expresidente por proyectos de infraestructura. “¿Presumiblemente, durante el gobierno demócrata, una foto de Joe Biden colgaba literalmente en cada edificio federal de Estados Unidos? ¿Eso era político? ¿El señor Schiff opinó sobre eso?”, cuestionó un legislador republicano, argumentando una supuesta hipocresía en las críticas opositoras. 0
Este episodio se suma a un creciente debate sobre los límites entre la promoción gubernamental y la propaganda personal en la era Trump, especialmente en un contexto de polarización política intensificada. Activistas y observadores independientes han advertido que tales acciones podrían erosionar la neutralidad de las instituciones federales, evocando comparaciones con regímenes no democráticos. Mientras tanto, el informe de Schiff ha reavivado tensiones bipartidistas, con demandas de investigaciones independientes sobre el uso de fondos públicos.
Imágen cortesía: The New Republic
