Washington, 20 de octubre de 2025
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció que el viernes pasado las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque en el Caribe contra una embarcación vinculada a una organización terrorista colombiana, dedicada al tráfico ilegal de drogas. Según inteligencia estadounidense, el barco transportaba “cantidades sustanciales de narcóticos”. Los tres hombres a bordo murieron, mientras que no se reportaron bajas entre las fuerzas de EE.UU.
Este es el séptimo ataque conocido en una serie de operativos militares recientes autorizados por el gobierno de Donald Trump contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico. Días antes, otro ataque dejó sobrevivientes, quienes fueron repatriados a Ecuador y Colombia, según informó el presidente Trump el sábado. Hegseth comparó a los cárteles con “Al Qaeda del Hemisferio Occidental”, acusándolos de usar violencia, asesinatos y terrorismo para amenazar la seguridad nacional y “envenenar” a la población estadounidense. “Serán perseguidos y asesinados, como Al Qaeda”, afirmó en una publicación en redes sociales.
Estas acciones reflejan el endurecimiento de la política de Trump contra países sudamericanos señalados por su presunta implicación en el narcotráfico. El presidente ha autorizado operaciones de la CIA en Venezuela y evalúa una posible acción militar para presionar la salida del presidente Nicolás Maduro. Además, este domingo, Trump anunció la cancelación de todos los pagos y subsidios a Colombia tras acusar al presidente Gustavo Petro de no combatir la producción de drogas. Petro, por su parte, rechazó las acusaciones, llamó a Trump “ignorante” y negó cualquier vínculo con el narcotráfico.
El gobierno de Trump ha elaborado una opinión legal clasificada que justifica ataques letales contra cárteles y presuntos narcotraficantes, designándolos como “combatientes enemigos” sin necesidad de revisión legal, un cambio significativo respecto al enfoque tradicional de la Guardia Costera, que interceptaba embarcaciones y arrestaba a los contrabandistas para garantizar el debido proceso. A principios de octubre, el Senado rechazó una resolución para limitar la capacidad de Trump de ordenar estos ataques sin autorización del Congreso, con solo los senadores Rand Paul y Lisa Murkowski, republicanos, apoyando la medida junto al demócrata Tim Kaine. Paul criticó los operativos, calificándolos de “ejecuciones sumarias” contra personas solo acusadas.
La escalada de estas operaciones en el Caribe y las tensiones diplomáticas con países como Colombia y Venezuela marcan un nuevo capítulo en la estrategia de EE.UU. contra el narcotráfico, generando controversia tanto dentro como fuera del país.
Imágen cortesía: CNN