El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció el inicio de la Operación Southern Spear, una misión militar que, según dijo, busca “eliminar a los narcoterroristas de nuestro hemisferio” y reforzar la seguridad frente al tráfico de drogas.
A través de un mensaje en X, Hegseth informó que el operativo estará liderado por la Fuerza Operativa Conjunta Southern Spear y el Comando Sur (SOUTHCOM), responsable de las operaciones estadounidenses en Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. Aunque no detalló acciones específicas, subrayó que la misión está diseñada para “defender la patria” mediante acciones directas contra organizaciones criminales transnacionales.
La operación ya había sido anticipada en enero, cuando la 4.ª Flota adelantó que Southern Spear incorporaría un amplio despliegue de sistemas robóticos y autónomos (RAS). Estos incluyen embarcaciones no tripuladas de largo alcance, lanchas interceptoras robotizadas y aeronaves con despegue y aterrizaje vertical, utilizadas para detectar, rastrear y neutralizar rutas del narcotráfico.
El Comando Sur explicó que la integración de estos sistemas con buques de la Guardia Costera y centros de operaciones permitirá ampliar la vigilancia marítima y afinar tácticas para futuras misiones antinarcóticos, combinando fuerzas tripuladas y no tripuladas.
El anuncio ocurre en medio de un creciente despliegue militar en el Caribe. Hace solo días, el portaaviones USS Gerald Ford, el más grande y avanzado de la Armada estadounidense, llegó a la región junto con su grupo de ataque, sumándose a destructores y buques anfibios desplegados desde agosto.
Este fortalecimiento militar coincide con nuevas tensiones entre Washington y el gobierno venezolano de Nicolás Maduro, al que la Casa Blanca considera “ilegítimo”. En semanas recientes, el Pentágono ha destruido alrededor de veinte embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico oriental, acciones que han dejado unos 70 muertos. Washington afirma que esas lanchas transportaban fentanilo hacia territorio estadounidense.
Southern Spear marca así una nueva fase en la estrategia militar de Estados Unidos contra el narcotráfico en la región, con un enfoque más tecnológico, agresivo y de alcance hemisférico.
