Las escuelas públicas de Los Ángeles iniciaron el ciclo escolar 2025-2026 bajo estrictas medidas de protección para sus estudiantes migrantes, en medio de un aumento de operativos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) cerca de los planteles.
El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), el segundo más grande de Estados Unidos, implementó más de cien “zonas seguras” en escuelas de barrios latinos, patrulladas por la policía escolar y voluntarios que alertan sobre la presencia de agentes migratorios. Además, amplió las rutas de autobuses para facilitar el acceso a las aulas y reducir el temor entre las familias.
La estrategia incluye foros semanales para informar sobre los derechos de la comunidad migrante, así como un compromiso de no permitir la entrada de agentes de ICE a los campus ni en un radio de dos cuadras alrededor de ellos durante horarios escolares.
“Los niños con miedo no pueden aprender bien”, advirtió el superintendente Alberto Carvalho, quien pidió a las autoridades federales detener las redadas cerca de las escuelas. La alcaldesa Karen Bass se sumó al llamado, calificando los operativos como “discriminatorios e imprudentes”.
Pese a una orden judicial que prohíbe detenciones basadas en discriminación racial o de idioma, las redadas continúan. En días recientes, agentes apuntaron con armas a un menor de 15 años con discapacidad frente a la preparatoria Arleta, y detuvieron a un estudiante de 18 años mientras paseaba a su perro.
Carvalho llamó a padres, maestros y organizaciones comunitarias a formar un frente común para garantizar que las aulas sigan siendo “espacios de aprendizaje y pertenencia” para todos los estudiantes.