En un hecho que ha generado gran controversia en redes sociales, la Panadería San Martín intentó apaciguar las tensiones con las feministas que habían manifestado previamente su descontento. Ante rumores de posibles actos de vandalismo, el negocio decidió enviar a sus empleadas a ofrecer pan gratis como una medida para evitar la confrontación. Sin embargo, el intento de conciliación no salió como se esperaba.
El grupo de feministas presentes rechazó el gesto y, en lugar de recibir las piezas de pan, las arrojaron al suelo, dejando claro su desdén con un mensaje contundente: “No perdonamos con pan”, escrito en las piezas de pan descartadas. La escena fue capturada y rápidamente compartida en redes sociales, donde se generaron intensos debates sobre el contexto y la respuesta de ambas partes.


El incidente parece ser parte de una serie de enfrentamientos que se han dado en la ciudad, en los que la comunidad feminista ha expresado su frustración ante lo que consideran acciones insuficientes para abordar la igualdad de género y otros temas de relevancia social. Por su parte, la panadería, al intentar calmar los ánimos con el pan, buscaba evitar el vandalismo y proteger su negocio de posibles daños materiales, aunque el gesto no logró el impacto deseado.
Este suceso ha dejado claro que, a veces, los intentos de resolver tensiones con gestos simbólicos pueden ser malinterpretados o rechazados, especialmente cuando las demandas sociales son profundas y urgentes. La respuesta de las feministas resalta la necesidad de soluciones más allá de lo superficial, un mensaje que sigue resonando en la opinión pública.
El rechazo al pan, lejos de apaciguar la situación, ha avivado aún más el debate sobre cómo las instituciones y comercios deben abordar las demandas de los movimientos sociales en el contexto actual.