Con la promesa de acelerar deportaciones masivas impulsadas por el presidente Donald Trump, autoridades de Florida iniciaron esta semana la construcción de un polémico centro de detención temporal para migrantes en pleno corazón de los Everglades, una vasta región pantanosa en el sur del estado.
Bautizado informalmente como “Alligator Alcatraz” por el fiscal general de Florida, James Uthmeier, el recinto se levanta en una pista de aterrizaje abandonada del Aeropuerto Dade-Collier y, según sus promotores, aprovechará la hostilidad natural del entorno —repleto de caimanes, pitones y fauna salvaje— como parte de su sistema de seguridad.
“No es necesario invertir tanto en el perímetro. Si alguien intenta escapar, lo esperan caimanes y pantanos”, declaró Uthmeier en un video promocional que muestra imágenes de reptiles acechando. La instalación, compuesta por tiendas de campaña, remolques y presencia militar de la Guardia Nacional, estará operativa a principios de julio.
El plan, respaldado por el gobierno federal y financiado en parte con recursos de FEMA, contempla habilitar hasta 5,000 camas en centros de detención estatales antes de mediados de mes. La iniciativa llega semanas después de que Trump ordenara reabrir la famosa prisión de Alcatraz en California como parte de su política migratoria endurecida.
El proyecto ha provocado una inmediata reacción de grupos ambientalistas como Friends of the Everglades, quienes acusan al estado de poner en riesgo uno de los ecosistemas más frágiles y emblemáticos del país. “Es un retroceso indignante que ignora las luchas ambientales que evitaron un desastre ecológico en este mismo lugar hace más de medio siglo”, reclamó Eve Samples, directora de la organización.
Pese a las críticas, las autoridades estatales aseguran que la instalación es temporal y vital para responder a los más de 3,000 arrestos diarios relacionados con inmigración que el gobierno federal busca realizar en las próximas semanas.
