Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México durante el gobierno de Felipe Calderón, ha sido trasladado a una prisión federal en el estado de Oklahoma, según confirmó el Buró Federal de Prisiones (BOP) de Estados Unidos. El exfuncionario mexicano, de 56 años, había sido internado previamente en el Centro Correccional Metropolitano de Brooklyn, pero ahora se encuentra en el Centro de Transferencia Federal de Oklahoma, una instalación con capacidad para albergar a 1,255 reclusos.
El traslado se produce tras la condena que García Luna recibió en octubre pasado en un tribunal de Nueva York, donde fue sentenciado a 38 años de prisión y multado con dos millones de dólares. El exsecretario fue hallado culpable de múltiples cargos, entre ellos narcotráfico, colaboración con el Cartel de Sinaloa y falso testimonio ante las autoridades estadounidenses. La sentencia también lo responsabilizó de facilitar las operaciones de tráfico de drogas a gran escala entre México y Estados Unidos durante su mandato.
Durante el juicio, García Luna fue descrito por el juez Brian Cogan como un hombre que llevó una “doble vida”. En su declaración final, Cogan expresó que, aunque no era directamente responsable de cada una de las muertes relacionadas con el narcotráfico, su colaboración con el Cartel de Sinaloa lo convirtió en un “gran facilitador” de la organización criminal. “Por un lado tenía una familia entrañable y por otro permitía que esta gran empresa criminal siguiera funcionando”, declaró el juez.
García Luna, quien estuvo al frente de la seguridad pública en México entre 2006 y 2012, jugó un papel clave en la implementación de la controvertida “guerra contra las drogas”, impulsada por el gobierno de Calderón. Sin embargo, su trabajo en la lucha contra el narcotráfico ha sido cuestionado a raíz de las evidencias presentadas durante su juicio, que lo vinculan con el Cartel de Sinaloa, uno de los grupos criminales más poderosos de la región.
La sentencia a García Luna marca un hito en la lucha contra la corrupción en México, especialmente en el ámbito de la seguridad pública, donde su figura había sido vista como un pilar del gobierno de Calderón. Su caso ha generado gran interés tanto en México como en Estados Unidos, ya que pone de manifiesto las complejas relaciones entre políticos y organizaciones criminales en el contexto de la guerra contra las drogas.
FOTO CORTESÍA: EL SOL DE MÉXICO