Luego de que surgieran versiones sobre un posible traslado de la producción automotriz de Honda desde México hacia Estados Unidos, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, desmintió públicamente esa información y aseguró que la compañía japonesa no modificará sus planes industriales en territorio mexicano.
A través de sus redes sociales, Ebrard informó que directivos de Honda confirmaron que “no hay modificación alguna a sus planes de producción en México”, en respuesta a lo publicado por el diario económico japonés Nikkei, que había sugerido un eventual cambio en la estrategia manufacturera de la firma.
La publicación original señalaba que Honda estaría considerando aumentar su producción en Estados Unidos hasta en un 30% en los próximos dos a tres años, con el objetivo de que hasta el 90% de sus vehículos vendidos en ese país sean de origen local. Según Nikkei, esta medida obedecería a los recientes anuncios del expresidente Donald Trump sobre la posible imposición de un arancel del 25% a autos y autopartes fabricados fuera de EE. UU.
Sin embargo, Ebrard enfatizó que, tras consultar directamente con la empresa, no existe ninguna intención de trasladar la producción desde México, lo que brinda certeza a una industria clave para la economía nacional y para la integración regional bajo el marco del T-MEC.
La inquietud surgió en un contexto de tensiones comerciales, luego de que Trump, en febrero pasado, amenazara con sancionar a México y Canadá mediante nuevos aranceles, acusando a ambos países de no colaborar lo suficiente en temas migratorios y de seguridad fronteriza. Aunque la medida fue posteriormente suspendida para los socios del tratado, el anuncio dejó incertidumbre en varios sectores económicos.
El 2 de abril, el exmandatario volvió a plantear la idea de “aranceles recíprocos”, que implican gravámenes del 10% de forma generalizada, aunque en esa ocasión México y Canadá quedaron fuera del paquete de países afectados.
Por ahora, la confirmación de Honda y las declaraciones de Ebrard apuntan a que la automotriz japonesa continuará operando con normalidad en México, disipando temores sobre una posible fuga de inversiones ante el clima político-comercial en Estados Unidos.