Un masivo operativo de inmigración desplegado este martes en el parque MacArthur, en Los Ángeles, ha sembrado temor y tensión entre los residentes, particularmente en la comunidad latina de la zona. Agentes federales realizaron detenciones y controles migratorios en el área, pese a la oposición expresa de la alcaldesa Karen Bass, quien había solicitado evitar este tipo de acciones en zonas densamente habitadas y vulnerables.
Testigos relataron escenas de calles bloqueadas, agentes fuertemente armados y helicópteros sobrevolando la zona durante varias horas. Algunos residentes denunciaron el uso excesivo de fuerza y tácticas de intimidación, mientras organizaciones de derechos civiles acusaron al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de “sembrar terror” en una comunidad históricamente migrante.
“Fue una escena aterradora. Había niños saliendo de la escuela y personas que sólo iban al mercado. De pronto, las calles se llenaron de agentes y patrullas, nadie sabía qué estaba pasando”, relató a medios locales una residente del área.
La alcaldesa Karen Bass condenó públicamente el operativo y reiteró su llamado a priorizar políticas de respeto a los derechos humanos y protección a las comunidades migrantes. “Estas acciones no reflejan los valores de nuestra ciudad. Los ángeles no serán cómplices de operativos que criminalizan a familias trabajadoras”, expresó.
Por su parte, portavoces del DHS indicaron que las detenciones formaron parte de una operación planificada contra personas con órdenes de deportación vigentes y antecedentes penales, aunque no precisaron cuántos migrantes fueron arrestados.
Diversos líderes comunitarios han exigido una investigación independiente sobre los procedimientos utilizados durante el operativo y demandaron una reunión urgente con autoridades federales para frenar este tipo de despliegues en zonas residenciales.