México y Estados Unidos dieron a conocer este lunes una iniciativa bilateral para combatir el tráfico ilegal de armas hacia territorio mexicano, con el objetivo de atacar una de las principales fuentes de violencia en el país. La acción incluye operativos coordinados y controles más estrictos en cruces fronterizos, como el recién instalado en el Puente Córdova-Américas, que conecta Ciudad Juárez con El Paso, Texas, donde elementos del Ejército mexicano revisan vehículos en busca de armamento y municiones.
El acuerdo surge tras incidentes recientes, como el asesinato del abogado Héctor René Rocha González en Ciudad Juárez, quien fue abatido con un rifle AK-47, arma que, según autoridades, ingresó de contrabando desde Estados Unidos.
Para expertos, la iniciativa representa un avance frente a experiencias previas fallidas, como la operación “Rápido y Furioso”. Ricardo Melgoza Ramos, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, señaló que la utilización de herramientas como E-Trace permitirá identificar rápidamente el origen de las armas y reducir el flujo hacia México, afectando directamente a los grupos delictivos.
La presidenta Claudia Sheinbaum destacó que este tipo de acuerdos son inéditos: “Logramos un acuerdo de que Estados Unidos va a reforzar los operativos (…) nunca se había logrado un acuerdo de este tipo”, dijo tras la reunión con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en septiembre.
Además, especialistas en seguridad, como Fernando Rubalcaba, coincidieron en que la cooperación binacional permitirá fortalecer herramientas de rastreo como IBIS en México y IBIN de Interpol, así como mejorar los filtros militares en los puentes fronterizos para inhibir delitos.
El plan refleja un cambio en la estrategia de seguridad bajo el gobierno de Sheinbaum, buscando una acción más directa contra el crimen organizado y un control más efectivo del ingreso ilegal de armas, considerado un factor clave en los delitos de alto impacto en el norte del país.
