Isidro Pérez, un migrante cubano de 75 años que llegó a Estados Unidos en 1966, murió bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) el pasado 26 de junio, en medio de crecientes denuncias sobre negligencia médica y condiciones inhumanas en el centro de detención de Krome, en Miami.
Pérez, quien contaba con un permiso de permanencia temporal desde su llegada hace casi seis décadas, fue detenido a inicios de junio tras ser declarado “inadmisible” bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad, debido a una condena por posesión de drogas ocurrida en 1981.
De acuerdo con ICE, el migrante notificó dolores en el pecho mientras se encontraba en la unidad médica del centro de detención. Aunque fue trasladado al Hospital Kendall tras recibir maniobras de reanimación, fue declarado muerto a las 8:42 p.m. La agencia señaló que el caso sigue bajo investigación.
La muerte de Pérez se produce mientras persisten denuncias sobre graves irregularidades en Krome, que opera muy por encima de su capacidad. En marzo pasado, la agencia AP reportó que el centro albergaba a más de 1,700 migrantes, pese a contar solo con espacio para 600. Testimonios recientes recogidos por organizaciones de derechos humanos acusan hacinamiento, falta de atención médica oportuna y condiciones insalubres.
María Alaniz, expareja de Pérez, denunció que el migrante temía por su salud debido a que no recibía su medicación y debía dormir en el suelo. La Oficina de Responsabilidad Profesional de ICE identificó en mayo deficiencias reiteradas en Krome, como la escasez de personal médico, ausencia de evaluaciones de salud y condiciones de alojamiento precarias.
La organización Americans for Immigrant Justice y Human Rights Watch han documentado abusos sistemáticos en Krome, mientras que migrantes detenidos llegaron a formar las letras “S.O.S.” en el patio del centro, solicitando auxilio.
El caso de Isidro Pérez vuelve a encender las alarmas sobre el trato a migrantes detenidos en EE.UU. y las consecuencias de un sistema migratorio marcado por el hacinamiento, negligencia y falta de garantías básicas.