El boxeador mexicano Julio César Chávez Jr. rompió el silencio sobre el proceso legal que enfrenta en México, asegurando que es inocente y rechazando cualquier presunto vínculo con el Cártel de Sinaloa o con la facción de Los Chapitos.
En entrevista con TUDN, el excampeón mundial, de 39 años, negó rotundamente las acusaciones de delincuencia organizada con fines de tráfico de armas que pesan en su contra. “Claro que lo soy (inocente), no soy traficante. En Culiacán todo mundo lo sabe. Yo golpear gente para un cártel y esas cosas, no, gracias a Dios no he tenido la necesidad”, afirmó.
Chávez Jr. fue detenido el 2 de julio en California, Estados Unidos, por una orden de captura emitida por la Fiscalía General de la República (FGR). Posteriormente, fue deportado a México el 25 de agosto tras un extenso traslado por tierra y aire que él mismo describió como “una experiencia impactante”.
El 23 de agosto, el juez Enrique Hernández Miranda, del Centro de Justicia Penal Federal de Hermosillo, Sonora, lo vinculó a proceso por presunta delincuencia organizada con fines de tráfico de armas. Sin embargo, el pugilista podrá enfrentar el proceso en libertad, con medidas cautelares que incluyen la prohibición de salir del país sin autorización judicial y la restricción de contacto con testigos o agentes de la Policía Federal Ministerial.
Su abogado, Rubén Fernando Benítez, aseguró que la vinculación no implica culpabilidad y que la acusación se basa principalmente en conversaciones interceptadas entre presuntos narcotraficantes y registros migratorios del boxeador. “Esto no quiere decir nada; la Fiscalía tiene tres meses más para investigar y determinar si existen elementos suficientes para proceder”, explicó.
A pesar de su situación legal, Chávez Jr. confirmó que puede continuar su carrera deportiva si cumple con las condiciones impuestas por el juez. “Estoy vinculado a proceso… se me permite salir del país y pelear, siempre y cuando lo solicite de la forma correcta”, detalló.
El hijo de la leyenda del boxeo mexicano reconoció que ha atravesado etapas complicadas en lo personal. “Tuve muchos problemas, me volví loco por un momento e hice muchas cosas… y, a pesar de eso, nada malo”, admitió.
Mientras su defensa asegura que la acusación es endeble y que la pena máxima podría ser de entre cuatro y ocho años de prisión, Chávez Jr. insistió en que enfrentará el proceso hasta el final con el propósito de limpiar su nombre y retomar su vida profesional.
