En una tensa intervención televisada ante su gabinete, el presidente Vladímir Putin descartó este miércoles cualquier posibilidad de alto al fuego en Ucrania y negó la opción de reunirse con su homólogo Volodímir Zelenski, a quien acusó de estar detrás de recientes ataques contra civiles en territorio ruso.
Putin, visiblemente molesto, denunció que “la cúpula de Kiev ha pasado a organizar atentados terroristas” en respuesta a sus reveses militares en el frente. Sus declaraciones se producen tras los descarrilamientos mortales de dos trenes en las regiones rusas de Briansk y Kursk, donde murieron al menos siete personas y más de un centenar resultaron heridas. Moscú responsabiliza directamente a Ucrania por estos hechos.
Acusaciones cruzadas y ruptura del diálogo
El mandatario ruso afirmó que estos ataques fueron decisiones tomadas a nivel político dentro del gobierno ucraniano, y los calificó como actos destinados a torpedear el proceso de paz que, aseguró, Rusia buscaba retomar en Estambul. “¿Quién conversa con aquel que apuesta por el terror?”, cuestionó.
Putin también rechazó propuestas de Kiev de declarar treguas breves para recoger cadáveres en algunas zonas del frente. Según dijo, el régimen ucraniano solo busca mantenerse en el poder, “incluso a costa de la paz y de la vida de su propia gente”.
Tregua rechazada y condiciones inaceptables
En paralelo, Moscú envió un memorándum formal a Ucrania con una serie de exigencias para avanzar en una solución negociada, entre ellas:
- Reconocimiento de la anexión rusa de cinco regiones, incluida Crimea
- Renuncia definitiva a ingresar en bloques militares
- Reducción significativa del Ejército ucraniano
- Convocatoria de elecciones nacionales tras levantar la ley marcial
El gobierno de Zelenski rechazó estas condiciones, en especial la exigencia de neutralidad, que considera una violación de su soberanía.
Operación “Telaraña” y nuevos frentes
En vísperas del frustrado encuentro en Estambul, Ucrania lanzó la operación especial “Telaraña”, una ofensiva con drones que logró destruir varios bombarderos estratégicos rusos en cinco bases aéreas, incluidas dos en Siberia. El golpe militar ha sido considerado como uno de los más audaces desde el inicio del conflicto.
Putin, en su respuesta, advirtió que cualquier alto al fuego en estas condiciones solo serviría para rearmar a Ucrania con apoyo occidental y para preparar nuevos ataques “terroristas”.
El conflicto, más lejos de una salida diplomática
La retórica del Kremlin marca un nuevo punto de congelamiento en las negociaciones de paz, y aleja la posibilidad de un cese inmediato de hostilidades. El mandatario ruso también arremetió contra Zelenski, a quien acusó de liderar un “régimen podrido por la corrupción” y de haber convertido a su administración en “una organización terrorista”.
Mientras tanto, los combates continúan intensificándose en varios frentes, y la comunidad internacional sigue sin lograr un consenso claro sobre cómo frenar la escalada. En un escenario de recriminaciones mutuas y exigencias inaceptables, la salida diplomática parece cada vez más distante.