Tacoma, Washington – Lewelyn Dixon, una técnica de laboratorio de la Universidad de Washington y residente legal de Estados Unidos durante más de cinco décadas, fue liberada el pasado jueves 29 de mayo de 2025 del Centro de Procesamiento de ICE del Noroeste en Tacoma, tras permanecer detenida desde finales de febrero. La liberación de Dixon, de 64 años, se produjo luego de que un juez de inmigración determinara que no era elegible para deportación, en un caso que ha generado amplia atención debido a su estatus de residente permanente y su larga trayectoria en el país.
Dixon, quien llegó a Estados Unidos desde Filipinas a los 14 años, fue arrestada por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma al regresar de un viaje a su país natal. La detención se basó en una condena por malversación de fondos de hace más de dos décadas, un delito no violento por el cual ya había cumplido una sentencia de 30 días en un centro de transición y pagado una multa de $6,400. Según su abogado, Benjamin Osorio, esta condena fue el motivo que desencadenó su retención, a pesar de que Dixon ha trabajado desde entonces como técnica de laboratorio, procesando pruebas de COVID-19 durante la pandemia y contribuyendo significativamente a su comunidad.
Durante su detención, Dixon describió las condiciones en el centro de ICE como “horribles” y “superpobladas”, destacando la constante rotación de detenidos. Su caso movilizó a cientos de personas, con más de 275 manifestantes reunidos frente al centro de detención el día de su audiencia, según el grupo de defensa Tanggol Migrante Network. Familiares, colegas y miembros de la comunidad exigieron su liberación, argumentando que su detención fue injusta dado su estatus legal y su contribución al país.
“Lo más importante es darse cuenta de que ella nunca debió estar ahí en primer lugar”, afirmó Emily Cristobal, sobrina de Dixon, en una declaración tras la liberación. La familia expresó alivio y gratitud, pero también preocupación por el impacto emocional de la experiencia. Dixon, quien mantuvo su ciudadanía filipina por una promesa a su padre relacionada con una herencia familiar, planea ahora obtener la ciudadanía estadounidense y retomar su trabajo en la Universidad de Washington.
El caso de Dixon ha avivado el debate sobre las políticas migratorias en Estados Unidos, especialmente en el contexto de un aumento en las detenciones de inmigrantes, incluidos aquellos con estatus legal. Organizaciones de derechos de los inmigrantes han señalado que casos como este resaltan la necesidad de reformas para garantizar el debido proceso y proteger a residentes legales de detenciones arbitrarias.
Tras su liberación, Dixon se reunió con su familia y seres queridos, enfocándose en recuperar su rutina. Su historia, según defensores, no es un caso aislado, sino parte de un patrón más amplio que afecta a comunidades de inmigrantes en todo el país.
Imágen cortesía: NBC News