La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció este miércoles que instruyó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a revisar los posibles efectos ambientales tras la caída de restos espaciales en el Golfo de México, que habrían llegado a las costas de Tamaulipas.
Durante su conferencia matutina, la mandataria detalló que la Agencia Digital de Innovación Pública —que también participa en temas aeroespaciales— ya fue notificada para realizar un primer análisis técnico. “Primero, saber a qué se refiere, tener el apoyo técnico y después que Medio Ambiente y otras secretarías puedan dar información de esta publicación”, puntualizó Sheinbaum.
La alerta surgió luego de que en Playa Bagdad, en Matamoros, se localizaran tanques metálicos con advertencias de materiales peligrosos como fósforo blanco, una sustancia altamente reactiva y tóxica. Ambientalistas y autoridades locales han advertido sobre los riesgos para la fauna marina, en particular para la tortuga lora, especie en peligro de extinción.
De acuerdo con los reportes, los restos pertenecerían al propulsor Super Heavy del cohete Starship de la empresa SpaceX, propiedad del empresario Elon Musk. Dichos fragmentos habrían caído tras un fallido lanzamiento ocurrido el pasado 27 de mayo desde Boca Chica, Texas.
En respuesta, personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Marina y voluntarios del campamento tortuguero han iniciado labores de limpieza y monitoreo en la zona afectada. Se espera que en los próximos días se emita un informe oficial sobre los posibles daños ecológicos y las acciones a seguir.
