El lunes pasado, Ron DeSantis, precandidato a la presidencia de Estados Unidos, presentó un extenso plan de política económica para el país en un discurso en la ciudad de Rochester, New Hampshire. El gobernador de Florida denominó este programa como la “Declaración de Independencia Económica”, enfocada en cambiar la relación comercial con China y desmantelar las regulaciones establecidas por la administración de Joe Biden.
En su plan, DeSantis busca fortalecer la economía estadounidense, especialmente en relación con China, y también combatir la promoción del automóvil eléctrico. Su objetivo es expandir la economía del país al defender los intereses de la clase media. DeSantis destacó la importancia de construir una economía donde las preocupaciones de los ciudadanos promedio sean prioritarias, en lugar de favorecer a grandes empresas.
El precandidato republicano subrayó que Estados Unidos es una nación con una economía y no al revés, enfatizando la importancia de priorizar los intereses del pueblo estadounidense sobre el imperio económico global.
Según una encuesta del New York Times/Siena College, Trump lidera las preferencias entre los posibles votantes republicanos con una ventaja de 37 puntos porcentuales sobre DeSantis.
El Partido Demócrata respondió al plan económico de DeSantis calificándolo de “desastroso” y afirmó que es un intento de ocultar la crisis económica que los floridanos han experimentado bajo su mandato como gobernador.
Entre los objetivos clave de su plan, DeSantis enfatizó su intención de poner fin al control económico de China al eliminar su estatus comercial preferencial y prohibir importaciones de bienes fabricados con propiedad intelectual robada. También pretende evitar que las empresas compartan tecnologías críticas con China, ya que considera que las políticas actuales han llevado a una “relación abusiva” entre ambos países.
Además, el precandidato republicano tiene como objetivo lograr un crecimiento económico anual del 3%, mantener los impuestos bajos, reducir la burocracia y fomentar la inversión.
En cuanto a la educación, DeSantis se muestra en contra de incentivar “títulos inútiles” y responsabilizará a las universidades por los préstamos acumulados por sus estudiantes. Criticó la ideología “woke” (progresista) y señaló que no es justo que un camionero tenga que pagar la deuda de alguien que obtuvo un título en estudios de género.
