El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, celebraron por teléfono un avance en las relaciones comerciales entre ambos países. Este hito, descrito como un “marco para negociaciones”, marca el inicio de un proceso que podría culminar en un futuro acuerdo comercial, aunque los detalles aún son escasos.
Este “concepto de plan” no es un acuerdo definitivo, sino un compromiso para reducir aranceles en algunos productos británicos y facilitar la entrada de bienes estadounidenses al mercado del Reino Unido. Starmer destacó que este paso es un progreso respecto a la situación previa, afirmando que “es mejor que donde estábamos ayer”. Sin embargo, el camino hacia un tratado formal podría tomar meses o incluso años, según expertos.
El anuncio llega en un contexto de alta tensión comercial global. Estados Unidos ha impuesto aranceles de hasta el 22% a importaciones, según Fitch Ratings, afectando su economía, que registró su primera contracción desde 2022. Además, los aranceles recíprocos que entraron en vigor el 7 de abril y fueron pausados por 90 días afectan a decenas de países, con una fecha límite el 8 de julio para evitar su reimplementación.
El mayor desafío para Trump sigue siendo China, donde aranceles del 145% han paralizado el comercio bilateral. Las importaciones chinas a EE.UU. cayeron un 60% en abril, y expertos prevén una reducción de hasta el 80% para la segunda mitad del año. Esto podría generar escasez, precios más altos y estantes vacíos en tiendas estadounidenses. Aunque se esperan negociaciones en Ginebra este fin de semana, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anticipa que un acuerdo con China podría tardar años.
Este marco con el Reino Unido, aunque limitado, ofrece un respiro en medio de la agresiva política comercial de Trump, que ha roto acuerdos previos como el T-MEC y amenaza con reinstaurar aranceles si no se logran más pactos. Para los mercados, que celebraron el anuncio, este es un primer paso, pero el verdadero desafío será resolver la crisis con China y evitar un colapso económico mayor.
Imágen cortesía: BBC