La cifra de víctimas mortales por las históricas inundaciones que azotan el centro y sur de Texas se elevó a 91 personas, confirmaron autoridades federales y locales en un reporte actualizado este lunes, información corroborada por la Casa Blanca.
Durante una rueda de prensa, Karoline Leavitt, portavoz presidencial, calificó el desastre como “uno de los peores en la historia reciente del estado” y llamó a la población a mantenerse alerta, ya que las intensas lluvias continúan afectando la región.
El condado de Kerr ha sido el más golpeado, con 75 cuerpos recuperados, entre ellos 48 adultos y 27 menores, detalló el alguacil Larry Leitha Jr.. El campamento cristiano de niñas Camp Mystic confirmó que al menos 27 menores y consejeros fallecieron en sus instalaciones, arrasadas por la creciente.
Las fuertes precipitaciones, que superaron los 30 centímetros en menos de 12 horas, provocaron que el río Guadalupe alcanzara los 9.9 metros de altura, su segundo nivel más alto registrado, desbordando comunidades a las afueras de San Antonio, en la región conocida como Hill Country.
Mientras las labores de búsqueda continúan por 41 personas desaparecidas, el gobierno de Donald Trump anunció que se enfocará en los esfuerzos de rescate y apoyo a los damnificados. El presidente prevé visitar la zona afectada a finales de semana.
Leavitt rechazó además las críticas de líderes demócratas que atribuyen la tragedia a los recortes ordenados por la administración en el Servicio Meteorológico Nacional, calificándolas como “mentiras” en medio del duelo que vive Texas.