Nueva Orleans, conocida por su vibrante ambiente de fiesta y carnaval, se prepara para recibir el Super Bowl el próximo 9 de febrero, luego de que a principios de año una tragedia durante los festejos de Año Nuevo dejara al menos 14 muertos. Este trágico evento obligó a la suspensión del Sugar Bowl para reforzar la seguridad en la ciudad.
En respuesta, Cathy Lainer, jefa de seguridad de la NFL, destacó que la liga ha colaborado estrechamente con las autoridades locales para garantizar la seguridad de los miles de aficionados que asistirán al evento. Se espera que alrededor de 100,000 visitantes lleguen a Nueva Orleans para este evento deportivo de gran escala, según Collin Arnold, director de la Oficina de Seguridad Nacional de la ciudad.
Este será el onceavo Super Bowl celebrado en Nueva Orleans, la última vez que la ciudad fue sede del gran juego fue en 2013, cuando los 49ers de San Francisco se enfrentaron a los Ravens de Baltimore. Este año, los Jefes de Kansas City y las Águilas de Filadelfia serán los equipos que lucharán por el campeonato.