Una poderosa tormenta invernal está dejando un rastro de devastación en Estados Unidos, afectando a más de 60 millones de personas con temperaturas peligrosamente bajas, fuertes vientos y nevadas intensas. Hasta el momento, las autoridades han confirmado la muerte de seis personas debido a las severas condiciones climáticas.
Cortes masivos de electricidad
La tormenta ha golpeado con especial dureza a los estados del este y medio oeste del país. Según los reportes más recientes, más de 220,000 hogares y negocios permanecen sin electricidad en Virginia, West Virginia, Kentucky, Indiana e Illinois, dejando a miles de personas sin calefacción en medio de temperaturas gélidas.
Los equipos de emergencia trabajan sin descanso para restablecer el suministro eléctrico, pero las condiciones extremas complican los esfuerzos. Los fuertes vientos han derribado árboles y líneas eléctricas, mientras que las carreteras cubiertas de hielo dificultan el acceso a las zonas afectadas.
Una amenaza a la vida
El frío extremo se ha convertido en un peligro mortal. Las autoridades han emitido alertas de hipotermia y congelación en amplias regiones, instando a los ciudadanos a evitar salir de sus hogares si no es absolutamente necesario. Centros de calentamiento han sido habilitados en varias ciudades para brindar refugio a las personas más vulnerables.
Los meteorólogos advierten que las condiciones podrían empeorar en las próximas horas, con más nieve y vientos fuertes pronosticados en áreas ya afectadas.
Un llamado a la precaución
Ante esta situación, las autoridades han pedido a los ciudadanos que extremen las precauciones. “Estamos enfrentando una tormenta peligrosa que exige responsabilidad y solidaridad. Por favor, cuiden de sus familias y vecinos, especialmente de aquellos que puedan necesitar ayuda adicional”, declaró un vocero del Servicio Meteorológico Nacional.
El impacto de un invierno implacable
Este evento es solo el último de una serie de fenómenos climáticos extremos que han marcado el invierno en Estados Unidos, destacando la vulnerabilidad de la infraestructura frente a las condiciones climáticas adversas. Mientras tanto, millones de familias esperan el fin de la tormenta, con la esperanza de recuperar pronto la normalidad en sus vidas.
Imágen cortesía: ElPaís