El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que reducirá drásticamente el plazo otorgado a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para alcanzar un acuerdo de alto al fuego con Ucrania. La nueva fecha límite será “de 10 o 12 días a partir de hoy”, según afirmó este domingo ante la prensa, previo a su reunión con el primer ministro británico, Keir Starmer, en su club de golf en Turnberry, al oeste de Escocia.
Trump se mostró visiblemente molesto con la falta de avances en las negociaciones entre Moscú y Kiev, y aseguró que no ve motivos para mantener los 50 días de margen que había planteado inicialmente el pasado 14 de julio. “No hay razón para esperar. No estamos viendo ningún progreso”, sentenció.
Acompañado de Starmer, el exmandatario expresó su decepción con Putin, a quien acusa de continuar los ataques pese a los contactos diplomáticos recientes. “Después de cuatro o cinco conversaciones, vuelve a lanzar cohetes a ciudades como Kiev. Mata a mucha gente en residencias o en cualquier sitio, y deja cuerpos por las calles”, lamentó.
Trump reiteró su pesar por la situación, asegurando que nunca imaginó que se llegaría a este punto. “Pensaba que sería posible negociar algo. Y posiblemente ocurra, pero es muy tarde en el proceso”, dijo. Aun así, insistió en que Rusia “podría ser muy rica ahora mismo”, pero opta por “gastar el dinero en la guerra y en matar gente”.
Desde Ucrania, la respuesta fue inmediata. El jefe de la Oficina del Presidente, Andrí Yermak, agradeció públicamente el endurecimiento del mensaje estadounidense. “Gracias al presidente de EE.UU. por mantenerse firme y dar un mensaje claro de paz a través de la fuerza”, escribió en la red social X. Según Yermak, “Putin solo respeta el poder”, y consideró que la advertencia de Trump “es fuerte y clara”.
Mientras tanto, en Estambul, continúan los contactos entre las delegaciones de Rusia y Ucrania. El Kremlin confirmó que propuso la creación de grupos de trabajo en línea, aunque por el momento no ha recibido respuesta de Kiev.
La decisión de Trump reconfigura el tablero diplomático internacional y vuelve a poner presión sobre Moscú, en medio de un conflicto que ha cobrado miles de vidas y sigue sin una salida clara a la vista.
