Washington, 25 de noviembre de 2025 — La Casa Blanca prepara una propuesta para extender por dos años adicionales los subsidios de la Ley de Atención de Salud Asequible (ACA), conocida como Obamacare, mientras millones de estadounidenses temen un fuerte aumento en los costos de la atención médica al expirar los créditos fiscales actuales a finales de este año.
El borrador del plan indica que el presidente Donald Trump está dispuesto a prolongar estos créditos, mientras su administración y los republicanos en el Congreso buscan una solución definitiva a largo plazo. Desde la Casa Blanca se insiste en que ningún plan será oficial hasta que el propio Trump lo anuncie.
Estos subsidios fueron el punto central de las exigencias demócratas durante la reciente crisis por el cierre del Gobierno, que terminó a principios de este mes. La mayoría de los demócratas condicionó la reapertura del Gobierno a una prórroga de los créditos fiscales de Obamacare.
La elegibilidad para los subsidios —que se ampliaron durante la pandemia de COVID-19— se limitaría al 700% del nivel federal de pobreza, según fuentes familiarizadas con la propuesta que pidieron anonimato.
Originalmente, los créditos básicos de Obamacare tenían un tope en el 400% del nivel de pobreza, pero ese límite se eliminó temporalmente con las ayudas pandémicas, lo que permitió que personas de ingresos medios y altos también recibieran subsidios.
Bajo el plan que se discute, todos los beneficiarios de Obamacare deberán pagar alguna prima mínima, sin excepción. Esto eliminaría los planes de prima cero dólares para personas de bajos ingresos, una medida que responde a preocupaciones republicanas sobre posibles fraudes. Una opción en estudio es exigir el pago del 2% de los ingresos o un mínimo de 5 dólares al mes en los planes más económicos.
Aunque la propuesta aún puede sufrir cambios, la idea de mantener vigente el principal legado legislativo del expresidente Barack Obama probablemente generará rechazo entre los sectores más conservadores, que llevan más de una década intentando derogar la ley.
“Hasta que el presidente Trump haga un anuncio él mismo, cualquier información sobre las posiciones de la Administración en materia de salud es mera especulación”, afirmó este lunes Kush Desai, portavoz de la Casa Blanca.
Por su parte, la secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, aseguró que Trump “está muy involucrado en estas conversaciones” y que trabaja en “una propuesta sanitaria que arregle el sistema y reduzca los costos para los consumidores”.
Sin embargo, algunos demócratas ven con buenos ojos el inicio de las conversaciones. La senadora por New Hampshire, Maggie Hassan —una de las ocho demócratas que votó a favor de reabrir el Gobierno—, señaló que la oferta “representa un punto de partida para negociaciones serias” y destacó que “existe un amplio consenso en que la inacción causaría un grave perjuicio al pueblo estadounidense”.
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