Washington, D.C., 22 de agosto de 2025 – En medio de un aumento en los costos de electricidad que supera el doble de la tasa de inflación, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó sus críticas contra las energías renovables, calificándolas como “la estafa del siglo” en una publicación en su plataforma Truth Social. Trump prometió no aprobar proyectos eólicos o solares que, según él, “destruyen a los agricultores”, asegurando que “los días de la estupidez en Estados Unidos han terminado”. Sin embargo, analistas y activistas advierten que estas políticas están contribuyendo al alza de precios y frenando el desarrollo de soluciones energéticas más económicas y sostenibles.
Expertos energéticos señalan que los incrementos en los costos de la electricidad no están relacionados con las energías renovables, sino con factores como el aumento en la demanda impulsado por el crecimiento de centros de datos para inteligencia artificial y computación en la nube, una infraestructura eléctrica envejecida y eventos climáticos extremos, como incendios forestales agravados por el cambio climático. Además, el uso creciente de vehículos eléctricos ha elevado la demanda energética, mientras que las exportaciones de gas natural, que genera más del 40% de la electricidad en el país, han disparado los precios de este combustible.
Durante su campaña de 2024, Trump prometió reducir las facturas eléctricas en un 50%, pero sus políticas actuales, incluyendo la eliminación de créditos fiscales para energías limpias aprobados bajo el gobierno de Joe Biden, han generado críticas. Un informe de Energy Innovation advierte que la reciente ley fiscal republicana, que restringe incentivos para energía eólica y solar, podría incrementar las facturas energéticas de una familia promedio en 130 dólares anuales para 2030, al obstaculizar la construcción de nueva capacidad de generación eléctrica. Asimismo, se estima que estas medidas podrían eliminar hasta 45,000 empleos en el sector de energías limpias para la misma fecha.
Activistas de la industria renovable, como la Asociación de Industrias de Energía Solar, rechazaron las afirmaciones de Trump, destacando que la energía solar y eólica son de las fuentes más baratas y rápidas para satisfacer la creciente demanda eléctrica. “Culpar a la solar por los picos de precios de los combustibles fósiles es una verdadera estafa”, afirmó el grupo, subrayando que estas tecnologías permiten a familias, agricultores y empresas ahorrar dinero y preservar recursos. Según la Administración de Información Energética de EE.UU., los estados con mayor producción de energía limpia han visto reducciones en los precios de la electricidad en el último año, mientras que aquellos con menor uso de renovables enfrentan incrementos.
El senador demócrata Martin Heinrich, miembro de la Comisión de Energía y Recursos Naturales, acusó al gobierno de Trump de “golpear al sector de la energía limpia” y poner en riesgo empleos y proyectos. Por su parte, el secretario de Energía, Chris Wright, atribuyó los aumentos de precios a las políticas de la administración Biden, que priorizaron las renovables sobre los combustibles fósiles. “Ese impulso está elevando los costos ahora, y nosotros seremos los culpados porque estamos en el cargo”, declaró Wright en una reciente entrevista.
No toda la oposición proviene de los demócratas. El senador republicano Chuck Grassley, defensor de la energía eólica, ha bloqueado nominaciones al Departamento del Tesoro para garantizar que los créditos fiscales para proyectos eólicos y solares no se eliminen abruptamente, abogando por una transición ordenada. Grassley expresó optimismo ante la nueva guía del Tesoro, que limita pero no suprime estos incentivos, considerándola un “camino viable” para las industrias renovables.
John Quigley, investigador del Centro Kleinman para Políticas Energéticas, calificó las políticas de Trump como “extremadamente retrógradas”, advirtiendo que priorizar los combustibles fósiles no solo eleva los costos energéticos, sino que compromete la salud pública y la seguridad ambiental. “Estamos pagando un precio alto, y nuestros hijos lo pagarán aún más”, afirmó. Mientras el debate sobre el futuro energético de EE.UU. se intensifica, las políticas de la administración Trump continúan generando controversia en un contexto de creciente demanda y desafíos climáticos.
Imágen cortesía: TNYT