El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio este viernes un ultimátum a Hamás para que acepte un plan de paz sobre Gaza antes del domingo a las 18:00 horas, horario de Washington D.C.; de no hacerlo, advirtió, “se desatará un infierno como nunca antes se ha visto” contra el grupo.
En un mensaje publicado en su red Truth Social, Trump afirmó que más de 25,000 combatientes de Hamás han sido abatidos como represalia por el ataque del 7 de octubre de 2023 y afirmó que “sabemos dónde están” los restantes, que —dijo— serán “perseguidos y asesinados” si no aceptan el acuerdo. Ese señalamiento, recogido por la Casa Blanca y medios internacionales, subraya el tono contraalmado de la advertencia.
El plan que impulsa la Casa Blanca, presentado esta semana junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, propone un paquete de medidas —incluida la desmilitarización de Hamás, la liberación de rehenes y un gobierno transitorio en Gaza— que, según la administración, cuenta con el respaldo de varios países de la región. Hamás no participó en la redacción del acuerdo y hasta ahora ha resistido demandas clave como la entrega de armas.
Trump también instó a los civiles palestinos a evacuar “inmediatamente” zonas que describió como de “potencial muerte futura”, asegurando que quienes sean inocentes “serán bien atendidos por quienes esperan ayudar”. Expertos y organismos humanitarios han advertido de la dificultad y el riesgo de evacuaciones masivas en Gaza y han señalado la falta de garantías sobre seguridad y logística.
Desde el entorno del Gobierno estadounidense se ha indicado que la presión diplomática incluye a mediadores regionales como Qatar y Egipto, que han sido interlocutores habituales entre las partes; no obstante, varios países y organismos han pedido cautela ante la escalada retórica y han subrayado la necesidad de proteger a la población civil.
La amenaza de Trump intensifica la tensión en un conflicto que entró en su segundo año y que ha dejado un alto número de víctimas y una crisis humanitaria en Gaza. Con el plazo fijado, la comunidad internacional observa si Hamás aceptará negociar el texto propuesto o si la situación dará paso a una nueva ola de violencia con consecuencias imprevisibles para la región.