El Gobierno de Donald Trump planea repatriar a más de 600 niños guatemaltecos que llegaron solos a Estados Unidos y que actualmente permanecen bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Fuentes cercanas describen la iniciativa como un plan “sin precedentes” en la política migratoria del país.
Los menores, de distintas edades, fueron detenidos tras cruzar la frontera sin compañía de sus padres. Normalmente, estos niños esperan en albergues hasta ser entregados a un familiar o tutor en EE.UU., pero ahora serían enviados de regreso a Guatemala en coordinación con el gobierno de ese país.
Funcionarios de la administración Trump han evitado llamar al proceso “deportación” y lo definen como “repatriación” o “salida voluntaria”. Sin embargo, defensores de derechos humanos cuestionan si los menores comprenden realmente lo que significa esa decisión, sobre todo porque muchos no cuentan con representación legal.
Actualmente, hay poco menos de 2 mil niños bajo custodia del HHS, en su mayoría originarios de Guatemala, Honduras y El Salvador. Según especialistas, la medida busca endurecer las políticas de inmigración, dificultando la reunificación de los menores con familiares en Estados Unidos y acelerando su salida del país.
Organizaciones en defensa de migrantes advierten que la estrategia podría poner en riesgo a los menores, al devolverlos a contextos de vulnerabilidad sin las debidas garantías legales ni de protección.
