El Gobierno del presidente Donald Trump anunció este viernes una masiva subasta para perforar petróleo y gas frente al Golfo de Estados Unidos, junto con otra propuesta para la región de Cook Inlet, en el sur de Alaska, como parte de su estrategia para revivir la producción de combustibles fósiles en el país.
De acuerdo con la Oficina de Gestión de Energía Oceánica (BOEM), dependiente del Departamento del Interior, la venta en el Golfo de México —al que Trump se refiere como el “Golfo de Estados Unidos”— ofrecerá alrededor de 80 millones de acres para exploración y extracción. La licitación está programada para el 10 de diciembre y será la primera de 30 previstas en la región hasta el año 2040, en cumplimiento con la ley fiscal firmada por el mandatario en julio pasado.
Además, la BOEM propuso otro arrendamiento de aproximadamente 1 millón de acres en Cook Inlet, Alaska, cuya subasta se llevará a cabo el 4 de marzo. Este plan contempla al menos seis ventas adicionales entre 2026 y 2032, de acuerdo con los lineamientos incluidos en la legislación.
Estas acciones se enmarcan en la política energética de Trump, que busca maximizar la producción de petróleo, gas y carbón, reduciendo al mismo tiempo las regulaciones ambientales y los incentivos a las energías renovables.
El anuncio ha reavivado el debate entre los sectores ambientalistas y empresariales. Mientras las compañías energéticas celebran la expansión de oportunidades de perforación, los defensores del medio ambiente advierten sobre el impacto ecológico y climático que podría acarrear la medida, especialmente en ecosistemas marinos y zonas costeras protegidas.
La administración Trump ha insistido en que su objetivo es garantizar la independencia energética de Estados Unidos y fortalecer su posición como líder global en producción de hidrocarburos.
