En un giro significativo hacia la posible resolución del conflicto en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que, tras una conversación telefónica de dos horas con su homólogo ruso, Vladímir Putin, ambas naciones acordaron iniciar negociaciones “de inmediato” para un alto el fuego. Trump destacó que el tono de la conversación fue positivo y subrayó la posibilidad de ampliar las relaciones comerciales con Rusia una vez terminada la guerra.
Por su parte, Putin confirmó la disposición de Moscú a trabajar en un memorando de condiciones para avanzar en las conversaciones, mencionando la necesidad de compromisos mutuos y reiterando su oposición a la adhesión de Ucrania a la OTAN. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sugirió que la próxima reunión podría celebrarse en el Vaticano, Suiza o Turquía, con representación internacional. Señaló que espera conocer las condiciones de Rusia y advirtió sobre nuevas sanciones si éstas resultan inaceptables.
Sin embargo, las reacciones en Europa han sido de cautela. Líderes europeos expresaron su preocupación por haber sido excluidos de las conversaciones iniciales y enfatizaron la necesidad de incluir a Europa en cualquier acuerdo de paz. Kaja Kallas, Alta Representante de la UE, declaró que “si se llega a un acuerdo a nuestras espaldas, sencillamente no funcionará”.
A pesar del anuncio, persisten dudas sobre la sinceridad de Rusia en las negociaciones. Críticos señalan que Putin podría estar utilizando las conversaciones como una táctica para ganar tiempo y consolidar su posición en el conflicto. Además, Rusia ha establecido una serie de condiciones para el alto el fuego, incluyendo el cese de la ayuda militar extranjera a Ucrania y la suspensión del rearme de sus fuerzas armadas.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar si estas negociaciones conducirán a una paz duradera o si se trata de una maniobra diplomática sin resultados concretos.
Imágen cortesía: France 24
