Busan, Corea del Sur — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder chino, Xi Jinping, sostuvieron su primer encuentro cara a cara en seis años, en el marco de una cumbre internacional en la ciudad costera de Busan. La reunión, celebrada en la Base Aérea Gimhae, busca redefinir la relación entre las dos mayores economías del mundo en medio de crecientes fricciones comerciales y estratégicas.
Durante el inicio de las conversaciones, ambos mandatarios intercambiaron palabras de cortesía. Trump calificó a Xi como “el gran líder de un gran país” y expresó su deseo de mantener “una relación fantástica por un largo período de tiempo”. Por su parte, Xi manifestó que era “un gran placer” volver a ver a Trump y subrayó la importancia de mantener “el rumbo adecuado” en las relaciones bilaterales, reconociendo que es normal que dos potencias económicas tengan diferencias.
Entre los temas clave en la agenda figuran el desequilibrio comercial, los aranceles, los controles a la exportación de tierras raras por parte de China, las restricciones estadounidenses al acceso chino a tecnologías avanzadas —especialmente semiconductores para inteligencia artificial—, el tráfico de fentanilo, las compras de soja estadounidense, el futuro de TikTok en EE.UU., la guerra en Ucrania y la situación en Taiwán.
Una ronda previa entre negociadores comerciales sugirió la posibilidad de establecer un marco para gestionar la relación a futuro, aunque cualquier acuerdo será solo un paso en una rivalidad estructural entre ambas naciones.
La reunión representa un intento por estabilizar los lazos económicos y reducir la incertidumbre global, en un contexto de creciente asertividad militar china en el mar de China Oriental y Meridional, lo que genera preocupación entre los aliados estadounidenses en la región.
Este encuentro cierra la gira asiática de cinco días del presidente Trump, que incluyó visitas a tres países.
Imágen cortesía: Reuters
