Un turista alemán de 38 años violó los protocolos de seguridad y escaló la pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá durante el equinoccio de primavera, justo en el momento en que se proyectaba el fenómeno de El descenso de la Serpiente Emplumada. Su acción provocó indignación entre los más de 9,000 visitantes que presenciaban el evento, generando momentos de tensión y agresiones físicas en el sitio arqueológico.
El hombre logró evadir a la seguridad y subió a la cima de la pirámide, donde incluso ingresó a la cámara interior para intentar esconderse. “Se escapó de nuestras manos, a pesar de que estamos vigilando en la zona oeste del Castillo, pasó corriendo, se ve que tiene buena condición física”, relató un guardia del sitio.
Tras ser localizado, custodios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo bajaron por el lado este, cerca del Templo de las Mil Columnas, con el fin de evitar un enfrentamiento con los turistas, quienes exigían su arresto y hasta castigos más severos. Sin embargo, la multitud, visiblemente molesta, lo agredió físicamente y algunos incluso pedían “sacrificio”.
El turista sufrió un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó ensangrentado antes de ser resguardado por la Guardia Nacional y trasladado a otra área para evitar un posible linchamiento.
Desde 2006, el INAH prohibió el ascenso a la pirámide de Kukulcán para preservar la estructura, considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pese a las estrictas medidas de seguridad, este es el primer caso en 2025 en el que un visitante logra burlar la vigilancia y escalar el monumento, reavivando el debate sobre las sanciones para quienes incumplen las normas en zonas arqueológicas.
