Maryland, 4 de abril de 2025 – Una jueza federal de Estados Unidos ordenó este viernes al gobierno estadounidense que devuelva al país a Kilmar Ábrego García, un salvadoreño de 29 años que fue deportado por error durante la administración de Donald Trump, a pesar de contar con una protección migratoria que le permitía residir legalmente en Maryland.
Ábrego García fue detenido el pasado 12 de marzo cerca de su domicilio, en el estacionamiento de una tienda Ikea, a solo una milla de su casa. En ese momento, se encontraba acompañado de su hijo autista de 5 años, quien permaneció en el vehículo durante el arresto. Según su abogado, Ábrego tenía un permiso de trabajo emitido por el Departamento de Seguridad Nacional y, desde 2019, una orden judicial que le otorgaba protección contra la deportación, debido al riesgo de persecución por pandillas en El Salvador.
Sin embargo, ignorando esta resolución, las autoridades migratorias lo deportaron a El Salvador, donde fue internado en el Centro de Confinamiento para Terroristas (Cecot), una prisión de máxima seguridad creada por el presidente Nayib Bukele para recluir a pandilleros. El gobierno de Trump admitió posteriormente que la deportación fue un “error administrativo”, aunque funcionarios de la Casa Blanca han insistido, sin presentar pruebas, en que Ábrego García tiene nexos con la pandilla MS-13.
La jueza federal que revisó el caso expresó su incredulidad ante la situación, cuestionando por qué Ábrego fue enviado al Cecot, un centro penitenciario que ha sido señalado por organizaciones de derechos humanos como un lugar donde se cometen graves violaciones a los derechos fundamentales. “Entre tantos lugares, ¿por qué está ahí?”, destacó la magistrada en su fallo, ordenando su inmediato retorno a Estados Unidos.
El caso de Ábrego García pone de nuevo en el foco las políticas migratorias de la administración Trump y los errores burocráticos que han afectado a personas con estatus legal en el país. Su regreso a Maryland aún está pendiente de la ejecución de la orden judicial, mientras su familia y defensores esperan que se haga justicia tras meses de incertidumbre.
Imágen cortesía: El Mundo