Washington, 23 de mayo de 2025 – Un vuelo con ocho inmigrantes procedentes de Texas, que inicialmente se dirigía a Sudán del Sur, permanecerá en Djibouti, África Oriental, durante al menos dos semanas, según informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. La decisión responde a una orden del juez federal de Massachusetts, Brian Murphy, quien dictaminó que la Administración Trump violó una orden judicial previa al intentar deportar a estas personas a un tercer país sin notificación adecuada ni oportunidad de expresar temores de tortura o persecución.
Los inmigrantes, originarios de Myanmar, Laos, Vietnam, Cuba, México y Sudán del Sur, fueron notificados de su destino el lunes por la tarde, fuera del horario laboral, y trasladados a un aeropuerto la mañana siguiente. Según el juez Murphy, esto les impidió consultar con abogados o familiares para impugnar la deportación. Murphy ordenó que se les proporcione asesoramiento jurídico y un plazo mínimo de 15 días para reabrir sus casos de inmigración.
Leavitt calificó la orden de Murphy como una “extralimitación judicial masiva” y acusó al juez de poner en riesgo las relaciones diplomáticas de Estados Unidos y la seguridad de los agentes federales al obligarlos a permanecer en Djibouti con los deportados, a quienes describió como “asesinos, criminales y violadores ilegales”. La portavoz también reveló los nombres y antecedentes penales de los inmigrantes, defendiendo la postura del Gobierno.
El Departamento de Seguridad Nacional no ha confirmado oficialmente el destino original del vuelo, aunque los abogados de los inmigrantes señalaron que se dirigía a Sudán del Sur. El caso ha generado controversia por las implicaciones legales y humanitarias de las deportaciones a terceros países.
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