Estados Unidos

USS Gerald R. Ford llega al Caribe en despliegue que eleva la tensión con Venezuela

El portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque de guerra más avanzado y de mayor porte de la flota estadounidense, ingresó al área de responsabilidad del Comando Sur (USSOUTHCOM) en una maniobra que refuerza la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe y zonas marítimas próximas a Venezuela. El movimiento forma parte de una orden ejecutiva del Departamento de Defensa para intensificar las operaciones contra las Organizaciones Criminales Transnacionales y el denominado “narcoterrorismo”.

El Pentágono —citando al portavoz principal Sean Parnell— sostuvo que la llegada del grupo de ataque busca “detectar, monitorear e interrumpir” actividades ilícitas que amenacen la seguridad estadounidense y del hemisferio, y que el despliegue ampliará capacidades para “interrumpir el narcotráfico y degradar y desmantelar” redes criminales. La orden de reasignación del portaaeronaves fue emitida por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en cumplimiento de una directiva presidencial.

El grupo de ataque que acompaña al Gerald R. Ford reúne a miles de marineros, decenas de aeronaves tácticas y varios buques de escolta —entre ellos destructores de misiles guiados— además de un submarino nuclear y cazas F-35 ya operando en la región, según fuentes oficiales y reportes de prensa. Estas capacidades permiten operaciones continuas de lanzamiento y recuperación de aeronaves y una proyección de fuerza notable en aguas internacionales.

En paralelo al despliegue, Estados Unidos ha intensificado desde meses atrás una campaña militar en el Caribe y el Pacífico contra embarcaciones sospechosas de transportar droga; medios y reportes compilados indican que las operaciones han incluido múltiples ataques a naves, con al menos decenas de embarcaciones destruidas y un saldo de decenas de muertos, según conteos periodísticos y comunicados oficiales. Estas acciones han sido defendidas por la administración estadounidense como medidas contra el crimen organizado, pero han generado denuncias y cuestionamientos sobre su legalidad y proporcionalidad.

El Gobierno de Nicolás Maduro respondió con anuncios de un despliegue “masivo” de unidades militares y milicia bolivariana en todo el país, simulacros y llamados a la movilización ciudadana para enfrentar lo que califica como “amenazas imperiales”. Maduro advirtió que Venezuela reaccionará si percibe agresión directa, y la narrativa oficial ha acusado a Washington de buscar desestabilizar o presionar al régimen con la excusa del combate al narcotráfico.

Analistas consultados por la prensa interpretan que el uso de un portaaviones de la clase Ford en operaciones regionales es, además de una herramienta operativa, un claro mensaje político y estratégico: refuerza la capacidad de proyección estadounidense y eleva la presión sobre actores estatales y no estatales en la región, pero al mismo tiempo incrementa el riesgo de enfrentamientos diplomáticos y militares en un teatro ya convulso

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