La Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo (Cameintram) aseguró este lunes que el accidente del buque escuela Cuauhtémoc, ocurrido el sábado al colisionar con el puente de Brooklyn, no se debió a fallas técnicas ni humanas, sino a factores externos que escaparon al control de la tripulación.
En un comunicado firmado por su presidente, José Manuel Urreta, el organismo explicó que el incidente fue provocado por la combinación de una propulsión insuficiente, fuertes corrientes y ráfagas de viento que desviaron al emblemático velero mexicano durante su maniobra de zarpe desde el muelle 36 del East River.
“El mar es un entorno dinámico donde variables como la meteorología o las condiciones del agua pueden alterar una operación perfectamente planificada”, señaló Urreta. Subrayó que el Cuauhtémoc cuenta con una tripulación altamente capacitada y opera bajo estrictos protocolos internacionales, como el Convenio SOLAS y el Código ISM.
El líder marítimo también puso en entredicho el desempeño del remolcador que asistía al buque, al afirmar que este “dejó a la nave sin apoyo en un momento crítico”, aumentando su exposición a condiciones adversas.
La embarcación, que llevaba a bordo a más de 180 personas, se preparaba para partir hacia Islandia como parte de su gira internacional de formación naval y diplomacia marítima cuando ocurrió el siniestro. Varios cadetes cayeron desde los mástiles al impactar contra la estructura del puente. Dos de ellos fallecieron y otros permanecen bajo observación médica.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Marina, Raymundo Pedro Morales, afirmó que las investigaciones siguen en curso con “transparencia y responsabilidad”, y reiteró que el puente de Brooklyn no sufrió daños estructurales. Las pesquisas se centran ahora en los sistemas de remolque y condiciones marítimas en el momento del accidente.
A pesar del impacto del suceso, Urreta expresó su respaldo a la tripulación del Cuauhtémoc, destacando su labor como embajadores de México en los mares del mundo.